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28.2.07

Diputada Norma Morandini en relación al proyecto de "REFORMA PREVISIONAL

Expresiones de la diputada Norma Morandini en relación al proyecto de "REFORMA PREVISIONAL".-


¿Quién puede oponerse a la libertad de elección?
El valor de la libertad reside no tanto en su ejercicio sino en su tolerancia. Ponemos a prueba el valor de la libertad cuando respetamos la libertad del otro, sobre todo cuando esa libertad está potenciada por la elección. Pero, para elegir, hace falta información. Hablar de seguridad social es hablar de economía, hablar de política, hablar del Estado y de la sociedad. Un tema del altísimo impacto social, económico y político que no puede ser reducido a elegir entre dos modelos: el que se ocupa de los beneficiarios o el que se ocupa de los aportantes.Si en el 2007 la idea de seguridad social está vinculada más a la idea de ciudadanía que a la de la calidad del trabajador, como es nuestra herencia previsional, vale recordar que el ciudadano es un portador de derechos, y el derecho a la información es uno de sus derechos fundamentales.
Y me temo que a la angustia del “qué me conviene", como escuchamos a nuestro lado, responderán menos los funcionarios que los creativos de las agencias de publicidad en las que se deposita la comunicación.Alcanza con recordar cuando la propaganda maciza en los diarios y en la televisión nos vendieron la ilusión de que las AFJP eran la alcancía en la que estarían depositados nuestros ahorros previsionales, protegidos con la garantía estatal. Pero si la debacle financiera destruyó esa falsa ilusión, también deberíamos poner en duda la comunicación que se deja en mano de los creativos de las agencias de publicidad que son precisamente eso, creativos, y terminan reduciendo a lemas los que son temas o problemas. Y ya se sabe, la paradoja de la publicidad es que cuanto más mentirosa, más verdadera. En cambio, la obligación del Estado es igualar las desigualdades y comunicar de manera clara y verdadera sus políticas, informar para formar ciudadanos conocedores de sus derechos.
Aunque las comparaciones siempre son odiosas, es inevitable hablar de Chile, el país que exportó su modelo y aquí se impuso sin reconocer en su momento las críticas o advertencias que la realidad desgraciadamente confirmó. En Chile, la presidente Bachelet encaró una profunda reforma y creó una comisión de expertos a los que les dio una consigna clara: “Escuchen antes de deliberar”. Fue el mismo Mario Marcel quien confesó el espíritu de trabajo de la comisión que lleva su nombre: "Ninguno de los integrantes debe pensar hoy exactamente igual que al principio", cuenta el economista chileno que le comentó uno de los miembros del consejo.¿Saben cuántas reuniones se hicieron? 49 audiencias. Escucharon a 242 personas y 73 organizaciones, los expertos admiten haber aprendido y ampliado su visión a un mundo real muchas veces distante de la academia. Y esa es la riqueza del debate.
¿Cuántos de nosotros, que somos los encargados de transmitir esta reforma podremos decir que cambiamos nuestra visión, enriquecida por la experiencia y el debate, y sobre todo por haber escuchado los intereses de otros.Todos, gobernantes, periodistas o académicos tendemos a esquematizar la visión que tenemos sobre el mercado de trabajo, generalizamos lo que ignoramos y solemos convertir en categorías lo que la realidad ya hizo volar por el aire. En la Argentina de la debacle, que todavía se erige sobre sus escombros, qué gran oportunidad perdemos de poder sentar en la misma mesa a todos los sectores involucrados, sin desconfianzas, y sin que esto signifique unificar la misma visión porque se impone una sobre la otra, el mundo de los que aportan o el mundo de los que se benefician. Para eso se debe cambiar la cultura de la confrontación por la del diálogo. Y eso es lo que hicieron en Chile. Después de haber escuchado muchas y diversas opiniones, de haber estudiado con cierta profundidad los documentos y de la propia discusión al interior de la comisión, es natural que la visión se amplíe y tengamos una comprensión más completa y abierta sobre el tema.
Me temo que los argentinos estamos perdiendo una nueva oportunidad para ponernos al día con los cambios que se han operado en el mundo económico, familiar, laboral. Cuando veo en las paredes de este edificio que se ofrece una jubilación solidaria, digna y pública, me pregunto qué significa ser solidario en los días de hoy cuando a nuestro lado escuchamos “¿qué me conviene?”, qué es ser digno si no se respetan los derechos a la información, y a qué Estado se regresa cuando tampoco nos dimos el debate que nos debemos sobre qué tipo de Estado queremos. A riesgo de tocar siempre la misma tecla, como ya lo advertí con anterioridad, por débil que sea mi voz en este recinto, no dejaré de poner los temas que nos convocan debajo de la luz de los derechos a la información pública para que la política sea también formación.

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