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29.6.09

Ni olvido, ni rencor: Un proyecto de Nación

Es tiempo de responsabilidad y nobleza.
Por Soledad Durand (*), especial para CAMPONOVA.


El Día D ya pasó y aunque hace varios meses que ya se venía hablando de poskirchnerismo -incluido el título del último libro del Dr. Mariano Grondona-, lo cierto es que los vientos de cambio ya se hicieron sentir en las urnas, como consecuencia de la pérdida de la mayoría parlamentaria oficialista.

Más allá del aire esperanzador que cualquier cambio implica, creo que debemos detenernos a pensar y no dejarnos llevar por ideas que muchas veces pueden surgir del propio convencimiento, pero también en otros casos, como consecuencia y reacción. Es decir, con tal de modificar la realidad, muchas veces hemos caído en vaivenes pendulares, pero nunca en la puesta en marcha de un proyecto autónomo, que tome lo bueno y lo malo de los modelos impuestos en cada etapa política previa de nuestro país.

Muy ejemplificadores al respecto son los dos casos de nuestra historia que el Dr. Grondona comenta en dicho libro: el de la caída de Rosas, donde si bien sus adversarios eran muy contrarios a su figura, pero se decidieron a mirar hacia el futuro y así desde la Constitución Nacional de 1853 para adelante construyeron un gran país (generación del 80 inclusive). El otro ejemplo histórico, dice Grondona, es el de la caída de Perón, en el que contrariamente al siglo XIX, gobernaron desde la Revolución Libertadora en el ‘55 para adelante sólo con el odio y el enfrentamiento, logrando que después de años el pueblo esperara el regreso de Perón al gobierno.

Volviendo a nuestra historia más reciente, específicamente desde el ’83 para acá, no solo hemos atravesado y continuamos hasta hoy atravesando momentos signados por el resentimiento y la división, sino que además hemos pasado por tantos “planes” y modelos, como presidentes y partidos políticos en cada turno, fueron conquistando espacios.

Pero siempre contrarrestando lo hecho anteriormente, poniendo parches en algunos casos, y en otros, directamente deshaciendo lo hecho, más allá del resultado. Casos como el de Aerolíneas y las AFJP no son más que muestras recientes de cómo la Argentina se modifica y reinventa improvisadamente cada 4 años –a veces menos- sin tener nunca un norte al cual encaminarse y desmoronándonos en lo peor de la inseguridad jurídica, lo cual genera como consecuencia, amplios márgenes de corrupción entre cada ida y vuelta.

Ahora, frente a la derrota legislativa, tenemos distintas posibilidades pero debemos ante todo tener cuidado, justamente de no volver a caer una vez más, en el mismo círculo vicioso.

Para nosotros, desde Pampa Sur, aún cuando hemos combatido el modelo kirchnerista desde el comienzo -no como los arribistas de los últimos tiempos-, debemos tener el espíritu de grandeza de nuestros hombres del siglo XIX, saber mirar más allá y no dejarnos ganar por el odio que se propagó, sino articular entre todos los actores sociales un verdadero Proyecto Nacional basado en el federalismo, la producción de alimentos y la cadena agroindustrial pero también absolutamente inclusivo y que tenga en cuenta a un tercio de nuestro pueblo que vive en condiciones indignas.

No podemos agotarnos en una postura estatista o privatista sólo por revanchismo o por ideologizar el escenario. Es posible hallar una síntesis que nos permita desarrollarnos como país agroexportador que somos, en lugar de simplemente “resolver el problema del campo” como slogan de campaña anti K; donde podamos ser proveedores de alimentos para nosotros y para el mundo; donde desarrollemos y protejamos una industria competitiva que genere mayor empleo en lugar de importar para sustituir o de subsidiar para corromper; donde contemos con un Estado en función de la Nación y no al revés, que nos dé libertad para ello, sin dejar de ser solidario ni confundiendo contención con demagogia.

En definitiva, superar esta discusión bizantina en la que podrían resumirse los dos siglos de historia que nos preceden y cuyos ejemplos más paradigmáticos el Dr. Grondona bien nos recuerda.

Empecemos por aceptarnos: somos graneros del mundo, somos Rosas, Urquiza, Roca y la generación del 80, pero también somos Yrigoyen y Perón.

En esa síntesis, en esa tercera posición o posición superadora, Pampa Sur se ubica para construir desde la conciliación, una Patria Grande para nuestros hijos y nietos. Los otros, a los cuales los gane el mismo odio y enfrentamiento que nuestros enemigos desde el 2005, se podrán dar el gusto de la venganza y liberar el rencor pero terminarán presos del mismo y no estarán lamentablemente, a la altura de lo que esta nueva oportunidad histórico-política, exige.

Es tiempo de responsabilidad y nobleza.

De unir con sabiduría las distintas fracciones de nuestra historia, dejando de lado revanchas sectoriales e históricas y asumirnos Argentinos como somos, para definitivamente reconocer y defender con la grandeza debida, nuestra propia identidad nacional, nuestra patria, nuestro destino, en común y para todos los argentinos. Nuestro proyecto de Nación.


(*) Coordinadora de distritos del Grupo Pampa Sur.
pupidurand@grupopampasur.com.ar

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