NECESITAMOS CAMBIAR EL RUMBO

CORDOBA - SETIEMBRE 2007
EL VERDADERO PROBLEMA
La desconfianza de la gente en las instituciones y en los mecanismos de éstas viene desde lejos y creció sobre la base de razones irrefutables. Quienes no han querido o podido reconocer este fenómeno se sorprenden del nivel de violencia actual y de las posibles consecuencias.
Las señales -turbulencias que hacen parte de la totalidad de factores que componen la realidad y por ende de difícil decodificación- con el transcurrir del tiempo se transformaron en hechos dramáticos.
En el ciudadano se ha consolidado la sensación de lo inevitable, de un cuello de botella por el cual hay que pasar, apretando los dientes, cerrando los ojos, concientes de que siempre son más los que quedan por el camino y son arrojados en el infierno de la exclusión. Situaciones como ésta estimulan la ley de la selva, del sálvese quien pueda.
El rápido posicionamiento del concepto de fraude electoral en el mapa de las percepciones de los cordobeses, ha sido posible pues existe un consolidado substrato de desconfianza.
Lo que estamos viviendo en nuestra Provincia es producto de algo no resuelto en su momento y que necesitamos resolver con urgencia.
El verdadero problema es que nunca se superó la cuestión del divorcio entre los “políticos” y la ciudadanía, que se tradujo en el famoso que se vayan todos, que no fue suficiente para modificar el paradigma del fracaso.
Por lo que respecta al problema electoral, es conveniente para la paz social encontrar una solución inteligente; solución que debe provenir de la Justicia.
Posiblemente, para evitar daños aún más graves haya que abrir las urnas y contar voto por voto. De esa manera se lograría descomprimir, en parte, la delicada y frágil situación que vivimos.
No obstante, los conflictos originados en el agotamiento del actual sistema país no se terminarán con el recuento de los votos. Las elecciones han sido como esas famosas gotas que rebalsan el vaso. Pero, despejar ese grave problema, si bien es una condición necesaria, no es suficiente. Es imprescindible corregir urgentemente la relación ciudadanos/instituciones/gobernantes.
Esta, aunque no lo parezca a primera vista, es una gran ocasión para que toda la sociedad haga una profunda reflexión sobre quienes somos y quienes deseamos ser.
La respuesta a la grave y profunda crisis que vivimos es un gobierno de unidad a través de la reconciliación, con objetivos compartidos por todos los cordobeses. Un gobierno que reconstituya el tejido conectivo del sistema provincia y que se proyecte hacia toda la Argentina, como modelo superador. Que ponga al centro de la atención de todos, sin hipocresías, el factor humano, la solidaridad, la generación genuina de riqueza. Que, sin perder de vista el futuro, sepa construir un presente digno.
En caso contrario nos esperan sólo la fragmentación y la violencia.

Luis Cristian Vanella
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