Es llamativo que ante el anuncio de un nuevo viaje de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner a Venezuela, -para encontrarse con Hugo Chávez-, aparezcan los voceros de la Embajada Americana como Eduardo Duhalde entre otros, a sumarse al coro que busca desprestigiar la figura presidencial y crear terrorismo económico.
Duhalde, -viejo armador de la corruptela, la banda y la patota en el conurbano bonaerense-, no tiene autoridad moral ni política para realizar estas declaraciones irresponsables, que solo sirven a un intento de desestabilización política contra el Gobierno Nacional.
El pueblo argentino, -que vive por primera vez, en casi seis décadas un proceso de acumulación y avance en todos los campos-, va a poner en caja a personajes tan nefastos como Duhalde del cual heredamos para mal de los argentinos (y de los bonaerenses en particular): los triángulos mafiosos entre la política, la policía y la justicia; la creación de la cultura del ‘roban pero hacen’; el clientelismo prebendario, y la falta de convicciones políticas y el escepticismo, lo que han sido las bases de sustentación de su triste paso por la política de nuestro país.
LUIS ANGEL D`ELIA
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