“El Estado brota de abajo, de la muchedumbre, y es casi una redención, una creación del pueblo solidario” (Raúl Scalabrini Ortiz)
El 8 de marzo de 1951 se cerraron los Primeros Juegos Deportivos Panamericanos en Buenos Aires. Para este magno torneo se habían realizado obras de “Infraestructura nueva” como el aeropuerto Ministro Pistarini de Ezeiza, sobre una superficie de 6.500 hectáreas; el nuevo estadio del Racing Club de Avellaneda, con capacidad para 100.000 espectadores en el que se llevó a cabo la fiesta inaugural del 25 de febrero; el Velódromo Municipal del Parque 3 de Febrero, con un perímetro de 333,33 metros, un ángulo de inclinación de 40º3 en la parte más pronunciada y una capacidad de 5.000 personas sentadas y 10.000 de pie; la Villa Olímpica en el Centro Recreativo de Ezeiza, donde se alojó la delegación argentina; la avenida General Paz entre Puente La Noria y Avenida del Libertador, que sirvió de escenario para las pruebas ciclísticas de ruta, la prueba de Marcha y a la tradicional Maratón y el estadio de Huracán de Parque Patricios, una de las sedes del fútbol. Los Hogares de Transito Nº 2 (calle Austria) y Nº 3 (calle Lafinur 2988, donde hoy funciona el Museo Evita), sirvieron de alojamiento a las delegaciones femeninas y el Hogar de la Empleada “Libertador Gral. San Martín” (Avenida de Mayo Nº 869), fue el comedor de las deportistas. Los escenarios remodelados para la ocasión fueron: el Luna Park (básquet y boxeo), River Plate (atletismo y ceremonia de Clausura), Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires (atletismo, gimnasia y natación), Independiente (fútbol), Teatro Casino (pesas), Lawn Tenis Club (tenis), la pista del Tigre (deportes acuáticos), el Tiro Federal y el Colegio Militar de la Nación, que fue la Villa Panamericana de los atletas varones visitantes y escenario de algunos deportes como natación y béisbol.
Los magníficos afiches de los Juegos fueron realizados por distintos artistas como el vasco español Simón Berasaluce Aguinagalde y Alfonsín y nuestro Juan Carlos Martín. Honorio Rando dirigió los ochocientos músicos de la “Banda Monumental” que interpretó los himnos de cada país ganador, mientras sus deportistas recibían las medallas correspondientes.
Grandes figuras del deporte argentino colaboraron con la organización, como los boxeadores Luis Angel Firpo y los medallistas olímpicos Carmelo Robledo, Juan C. Zabala, Pascual Pérez y Oscar Casanovas, más Fangio, Froilán González y Vito Dumas, entre otros. Firpo junto al polista olímpico Manuel Andrada y Gorgonio Gregorio Esper, enviados por la Confederación Argentina de Deportes, recorrieron quince países de América para asegurar su participación en los Juegos.
Participaron veintiún países del continente cuyos 2.513 atletas compitieron en dieciocho deportes. Canadá no participó en estos Primeros Juegos Panamericanos. Estados Unidos envió un total de 175 deportistas, siendo la delegación más numerosa después de Argentina. Su equipo estaba presidido por el campeón olímpico de Saltos Ornamentales de 1948.
Una delegación de Grecia, encabezada por el secretario del Comité Olímpico de ese país, fue la encargados de traer desde la cúspide de la colina de la Acrópolis, la llama olímpica que iluminó nuestros Juegos Panamericanos.
En el acto inaugural, en el estadio de Racing, el abanderado de la delegación argentina fue el atleta Delfo Cabrera y el presidente de la nación Juan Domingo Perón puso en marcha los Juegos con estas palabras: “Hermanos deportistas de América, invocando la Grecia inmortal y su épica llama desde la cual tres mil años nos contemplan, comenzará una justa de caballeros. Que cada uno sepa ganar y perder con honra. Con ello declaro abiertos los Primeros Juegos Deportivos Panamericanos”.
Acto seguido se tomó juramento a los deportistas participantes. A los varones el atleta Enrique Kistenmacher y a las mujeres la esgrimista Elsa Irigoyen, mientras que el campeón del mundo de basquetbol Oscar Furlong tuvo el honor de izar la bandera.
En el aula Magna de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales se llevó a cabo el Congreso Panamericano bajo la presidencia del argentino Dr. Rodolfo Valenzuela (representante olímpico en 1932 y 1936 de esgrima) y el presidente del Comité Olímpico de EE.UU., Avery Brundage.
CARTA DEL GENERAL PERON:
El día anterior a cada competencia los deportistas argentinos recibían en la Villa Panamericana de Ezeiza la siguiente carta personal del general Perón: “Amigo deportista: como usted, he sido joven y he sido deportista, por eso puedo escribirle como compañero y como argentino. Defender los sagrados colores de nuestra bandera en una justa deportiva presupone el mismo honor y el mismo sacrificio que hacerlo en cualquier otra ocasión. A la patria se la defiende de una sola manera: con toda el alma, con toda la vida. Recuerde compañero que en esa defensa usted es la síntesis de todo un pueblo. Es la expresión del poderío físico y espiritual de ese pueblo y de su raza. En usted estarán puestos los ojos y el corazón de todos los argentinos y de usted depende su alegría, su satisfacción o su tristeza. En los deportes, como en todas las cosas de la vida, se vence con la cabeza, se llega con el corazón y se llega aún más allá con la voluntad tenaz e inflexible de vencer. El cuerpo y su entrenamiento hacen el resto. Recuerde también que con el prestigio argentino defendemos el honor común que es nuestro sagrado patrimonio. El nos obliga a vencer pero a vencer bien. Un deportista que es capaz de vencer debe saber también perder. En ambos casos con honra. Ponga su fe en el éxito, persevere en prepararse, llame hasta la última reserva de su voluntad para ponerla en la prueba y espere confiado en la suerte que le auguro y no ha de faltarle si se ha preparado bien física y espiritualmente para luchar.
Un gran abrazo. Juan Perón”.
Sitio dedicado a la promoción del candidato a Presidente de la Nación Argentina 2011. Alberto Rodriguez Saá.
www.frentefrejuli.com.ar






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