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13.7.08






La pobreza y el pobrismo



por Gustavo Demarchi



Nada permanente podrá construirse sobre la injusticia y la mentira Juan Domingo Perón
Haber tomado a la pobreza como tema de la agenda de gobierno, no para erradicarla, sino para transformarla en objeto del accionar del estado, ha dado como resultado un círculo vicioso que puede resultar letal para el futuro de las instituciones y la República. El reconocimiento de la existencia de la pobreza a nivel estatal no fue realizado como el diagnóstico que posibilita una terapia adecuada.
Por el contrario, en un Estado que no tiene un Ministerio para la Producción - por haber sido el único que el ex presidente Kirchner eliminó y su esposa no restauró- la pobreza se ha institucionalizado y, a tal fin, se le ha otorgado una estructura burocrática a nivel ministerial como es el Ministerio de Acción Social que, tiene por cometido su “tratamiento”, mas no su eliminación, prueba de ello es que para, al menos disimular su real dimensión tiene, el gobierno, que falsear los índices oficiales que permiten “medirla”.
En síntesis se ha estratificado e institucionalizado a través de una burocracia que ha encontrado en la pobreza la excusa para engrosar el gasto público y que vive, por supuesto, muy sobre los niveles de pobreza gracias a ella. Es otra variante del “evitismo” al revés, la consigna en este caso es: “donde hay una necesidad, hay cargos y puestos burocráticos para atenderla”. De erradicarla ni noticia.
Esta estatización determina una estructura hacia la cual se derivan una enorme cantidad de recursos que de, haber sido utilizados en la promoción directa de inversiones privadas genuinas hubieran provocado , no sólo una disminución sensible de la pobreza por la existencia de actividades productivas requirentes de mano de obra, sino que hubieran eliminado el elevado porcentaje del presupuesto asistencialista que hoy se “come” la burocracia y los gastos de funcionamiento para “atender” a la pobreza.
La existencia de ministerios o secretarias de la pobreza es el reconocimiento del fracaso del Estado como instrumento del bien común, más aún cuando, ese mismo Estado, carece de una estructura cuyo objetivo sea promover la producción y el crecimiento económico.
Esta puesta en práctica del absurdo es posible porque, como ya se dijo, la pobreza es también un recurso político y un negocio para no pocos intereses que han lucrado con la misma a través de los años. Sus mentores, seguramente, habrán pensado “si se fundaron religiones universales con esta premisa, como no van a prosperar aventuras políticas como las que propone el pobrismo”.
Así es que, además de haberse institucionalizado el tratamiento de la pobreza procurando integrarla en condición de tal, no se han escatimado medios ni tramoyas espurias para que los enormes recursos que se destinan a su “tratamiento”, en un porcentaje mayor se queden en la gestión o en las contrataciones que el asistencialismo reclama.
Hoy el pobre no solo existe sino que se le ha otorgado un « status » formal en la sociedad y ha derivado en una ideología perniciosa como es fundar un estrato socio-económico derivado de una contingencia que debería ser excepcional como es la asistencia del careciente.
Este « estado », supuestamente asistencial, es la dogmatización absurda de un recurso instrumental. Es similar a ideologizar la praxis convirtiendo, a los necesarios recursos pragmáticos que en determinado momento y lugar se deben adoptar, en un dogma permanente y negativo como es el pragmatismo. Es tan absurdo como que el carpintero se enamore del martillo y de los clavos o que el médico se haga fanático de bisturí.
Pero lo más grave es que al daño social y a la dignidad humana que significa esta práctica política se ha agregado un daño cultural adicional como es adjudicarle a la pobreza y a los pobres patrones de conducta propios, no ya de una circunstancia superable sino inherente a una categorización social integral.
Son demasiados los intereses que aprovechan la pobreza y por ello su manejo insólito como un fenómeno que, parece, vino para quedarse y ser atendida sin solución de erradicación mientras persistan gobiernos populistas como el actual. De este el periodista Mariano Grondona, con razón, dijo: “El kirchnerismo quiere tanto a los pobres que los multiplica”.
Es tan fuerte el pobrismo, a su vez, solo es posible en el 'estado corsario' que se caracteriza como incrementador de impuestos y retenciones inconstitucionales a los fines de 'atender' la pobreza que el mismo promueve al no poder generar genuinas fuentes de trabajo que alejen a sectores importantes del pueblo del « estado de pobreza ».
Por ello, el estado 'corsario' convierte al ' pobrismo' en política de estado, recurso electoral y justificante de cuantas violaciones a la Constitución como las retenciones impuestas hoy a la producción agropecuaria mañana a la actividad que se cuadre y conforme se le ocurra o imagine al gobierno del 'estado corsario'.
No basta con instaurar el 'pobrismo' sino que, para que este no se vuelva en contra de sus mentores, resulta imprescindible el estatismo como dogma que proporciona los instrumentos para comprometer a los pobres con el proyecto que los tiene de rehenes y, en cada oportunidad que se cuadre, utilizarlos a los fines de incrementar el poder, ya sea mediante la captura de votos mediante el clientelismo o la defensa de posturas gubernamentales insostenibles con cuerpos paraestatales que genera metodología perversa.
Esta posición, entonces, no reconoce límites expositivos y recurre, incluso, a slogans fascistas o stalinistas como asegurar que « El Mercado es para los ricos y el Estado es para los pobres ».
Sin embargo con ello no basta, necesita, esta deformación perversa de la justicia social, desviar fondos de servicios realmente benefactores de la sociedad. Es el caso del recordado Dr. René Favaloro quien, antes de suicidarse por el incumplimiento a que lo sometía el supuesto “estado de bienestar” antecedente del pobrismo K, dijo: “En este último tiempo me he transformado en un mendigo” donde “un empleado de muy baja categoría de una obra social -gubernamental o no- o de PAMI ni contesta mis llamados”. No podían hacerlo porque los fondos pertinentes eran destinados al clientelismo político o al agujero negro de la burocracia autosatisfactiva y endogámica.
Fue necesario el sacrificio particular de un eminente ciudadano y científico para que la población, en esa oportunidad, viera y asumiera como negativo el sistema que ya imperaba en ese entonces sin la dogmatización extrema que hoy rige impúdicamente.
La explicación, quizás, la encontremos en Nicolás Macchiavelli cuando dijo « Se puede engañar al pueblo en lo general, pero no en lo particular ».
Hoy cuando el gobierno del “pobrismo” muestra que la brecha entre los sectores más ricos del país es la más amplia con respecto a los sectores de menos recursos o pobres, no puede seguir esgrimiendo, seriamente, beneficios del sistema imperante, por eso aparecen los “capitanes del sistema” con su violencia física y verbal (Delía, Pérsico, Manusovic, Bonafini, Shoclender o Braga Menendez, etc.)
La cruel demostración del deterioro y de la relación estrecha y « amigable » entre el pobrismo y el estatismo, está reflejado en que en la Argentina K, el índice de ocupación de empleo del Estado es mayor que el que muestra la industria, no contento con ello, este 'pobrismo prebendario', no encuentra mejor respuesta que pelearse y perseguir al sector productivo más dinámico del país, el que aporta el 40% del producto interno del país: el campo.- Con estas absurdas acciones el pobrismo queda garantizado y quienes lo padecen serán rehenes de la dádiva que lo va a 'atender'.
Pero esta agresión, que se proyectó en principio y particular sobre el campo, no quedó ahí.- Se potenció, en el entendimiento de la mayoría del pueblo, como el daño particular, derivado de una metodología general, a que aludía Machiavello y despertó una oposición social incontenible y policlasista que enfrenta, pacíficamente, a la prepotencia estatista del gobierno central.
Esta resistencia, ha superado los intereses sectoriales y económicos, esta indudablemente basada en la defensa de la libertad, la constitución y de la justicia social y por un estado republicano y federal. Sepan, entonces, los senadores que representan a las Provincias y no al verticalismo faccioso, obrar en consecuencia.




El FREJULI en la última sesión de diputados
Copia de la versión taquigráfica de las intervenciones por orden cronológico de todos los diputados del bloque
Así se expresaron los diputados del Bloque de Adolfo Rodríguez Saá en la sesión donde se voto la tan mentada Resolución 125, por las retenciones móviles.
Discurso del Diputado Luis Bernardo Lusquiños, presidente del Bloque FREJULI
Señor presidente: voy a hablar en nombre de los peronistas que integramos el bloque del Frejuli. En primer lugar, quiero destacar la alegría que tenemos, ya que el general Juan Domingo Perón ha sido mencionado en dos oportunidades en lo que va de esta larga jornada, tanto por el presidente del bloque del SI como por el de la bancada de la Coalición Cívica. Ambos lo han hecho muy bien.
Esto me obliga a realizar una breve acotación, desde el punto de vista peronista, sobre las retenciones. El general Perón tomaba las retenciones como un tributo que sólo podía usarse por un plazo determinado, lo más corto posible y cuando la situación económica tuviera un desequilibrio estructural que requiriese de estos fondos. Esto se aplicó en la década del 40, cuando se tomaron fondos provenientes del campo para equilibrar a la Argentina por su profunda desindustrialización. El señor diputado Bonasso me acotaba con criterio el otro día que también existía el IAPI, lo que es cierto.
El mismo general Perón, treinta años después, cuando regresó a la Argentina en 1973, mantuvo una reunión con cuatro entidades que no eran muy conocidas: Confederaciones Rurales Argentinas, la Sociedad Rural, la Federación Agraria y CONINAGRO. Casualmente, son las mismas cuatro entidades que hoy representan al campo. Allí el general Perón les dijo que se iban a quitar las retenciones que había aplicado la dictadura del general Onganía. El campo no tendría retenciones, pero les exigió un compromiso: llegar a un stock de ochenta millones de cabezas de ganado, lo que nunca logró cumplirse y hoy también es un objetivo en retroceso.
La retención opera sobre el precio, por lo que daña directamente al pequeño productor y beneficia al grande. Esto se acentúa cuando se prevén compensaciones, porque los que tienen mayor posibilidad de cobrarlas son los grandes productores, que tienen volumen y capacidad de lobby frente al Estado. ¿De qué se trata este proyecto? Básicamente contiene dos artículos madre, que son los que le imprimen una dirección, y un articulado que intenta ser paliativo. Pero en rigor el objetivo de este proyecto es ratificar la resolución 125 y sus complementarias, como lo dispone su artículo 1º.
Tal como está redactado ese artículo 1º es de naturaleza pétrea porque es imposible modificarlo; está planteado como si fuera un DNU al que hay que brindar el pertinente trámite legislativo. Es verdad lo que afirma la señora presidenta de que en seis meses de gestión no ha dictado ningún DNU, pero sí ha enviado al Congreso de la Nación esta resolución ministerial que tiene un formato de DNU. La resolución 125 que este proyecto de ley propone ratificar tiene un problema de natura: es ilegal porque es inconstitucional.Se puede argumentar de diferentes modos, pero lo cierto es que es inconstitucional por la forma en que fue dictada: utilizando delegaciones y subdelegaciones de facultades que no han sido conferidas, y además por su carácter confiscatorio. Me permitiré leer algunos artículos de nuestra Constitución Nacional que muestran cómo está normada esta materia. El artículo 75, que se refiere a las atribuciones del Congreso de la Nación, dice en su inciso 1: “Legislar en materia aduanera. Establecer los derechos de importación y exportación, los cuales, así como las avaluaciones sobre las que recaigan, serán uniformes en toda la Nación.“El Poder Ejecutivo no podrá en ningún caso bajo pena de nulidad absoluta e insanable, emitir disposiciones de carácter legislativo. Participa de la formación de las leyes con arreglo a la Constitución, las promulga y hace publicar.”
Por su parte, el artículo 99, atinente a las atribuciones del Poder Ejecutivo, en los párrafos segundo y tercero del inciso 3 dice así: “El Poder Ejecutivo no podrá en ningún caso bajo pena de nulidad absoluta e insanable, emitir disposiciones de carácter legislativo. “Solamente cuando circunstancias excepcionales hicieran imposible seguir los trámites ordinarios previstos por esta Constitución para la sanción de las leyes, y no se trate de normas que regulen materia penal, tributaria, electoral o de régimen de los partidos políticos, podrá dictar decretos por razones de necesidad y urgencia...” y remitirlos a la Cámara.
Por otra parte, este proyecto es un subterfugio para evadir la coparticipación federal. En este recinto hay varios ex gobernadores que no me dejarán mentir sobre este tema. Las retenciones no son coparticipables, tal como lo establece nuestra Constitución Nacional; sin embargo, están poniéndose en paralelo como detraimiento del impuesto a las ganancias. Por lo tanto, disminuye la recaudación del impuesto a las ganancias, que sí es coparticipable, y sube la de los derechos de exportación. En ese sentido, cabe recordar que las retenciones o los derechos de exportación no son coparticipables, sino todo lo contrario. Lo que se trata de imponer desde este sistema es un centrifugado de recursos que se captan de los derechos de exportación comprometiéndose la devolución.
La ley 23.548, de coparticipación federal, sancionada en 1988, durante la Presidencia del doctor Alfonsín, no obtuvo la jerarquía de un tratado de paz en aquel entonces pero sí logró ordenar los presupuestos provinciales y dar un carácter igualitario, solidario y automático a la captación de recursos provenientes de impuestos cobrados por la Nación en los territorios provinciales. Eso trajo muchísimo alivio a las provincias que pudieron presupuestar y empezar a crecer. En aquel entonces la coparticipación era 56 por ciento para las provincias, 43 por ciento para la Nación y un 1 por ciento correspondía a los aportes del Tesoro no reintegrables para paliar situaciones de emergencia. Hoy esa ecuación no sólo se ha invertido sino que la Nación se apropia del 80 por ciento de la recaudación total de impuestos y coparticipa el 20 por ciento. Es más, la propia ley de coparticipación federal tiene una cláusula gatillo, castigo, que dice que la Nación no puede distribuir bajo ningún caso menos del 34 por ciento. Está distribuyendo el 20 por ciento.
Se trata de mucho dinero y solamente para mi provincia en los últimos cuatro años el detraimiento de las cuentas provinciales significan 255 millones de pesos. Para una provincia pequeña es muchísimo dinero. En los últimos cuatro años, por no respetar el piso del 34 por ciento, se han dejado de distribuir 2.300 millones de pesos. Es una desconsideración muy grande, sobre todo cuando no se entiende por qué se exigen estos tratamientos. Hay otro punto que es muy importante y se pierde mucho de vista. Este proyecto implica una renuncia parcial al Tratado de Asunción, el tratado madre del Mercosur, el tratado constitutivo del Mercado Común del Sur. En el anexo I, artículo 1º, de ese tratado, se dice claramente que los países miembros que integran el Mercado Común del Sur tienen vedado y prohibido poner restricciones a la importación y exportación de mercaderías y deben comprometerse a aliviar la carga impositiva sobre aquellos que trafican.
Esto ha implicado inclusive en la reunión del Mercosur realizada en Tucumán la última semana una serie de quejas planteadas por los miembros socios. En realidad, tras la resolución 125 se esconde lo que va a explicar muy bien el señor diputado Poggi, y es que el superávit fiscal es falso. Es muy fácil explicar por qué es falso: porque en los últimos tres años es absolutamente imposible explicar por qué con una deuda externa que fue renegociada y condonado el 65 por ciento, pagadas las deudas con el Fondo Monetario Internacional y con 29 mil millones no reconocidos, hoy, tres años después, se debe más que en el año 2002. Es absolutamente imposible entender esto, y la única forma de entenderlo es que el superávit fiscal es falso.
Si nos hubieran dicho de entrada, como ayer lo señaló el ex presidente Kirchner, cómo quieren que nosotros paguemos las obligaciones contraídas con el extranjero si no pedimos las retenciones, hubiéramos entendido mucho más por qué se buscaba un sistema de recaudación fiscal de esta forma. Quizás les hubiéramos dicho o propuesto que no lo hicieran de esta forma porque es una sangría muy grande para el pueblo argentino y para el campo y los productores en su totalidad, y que buscáramos otro camino que compense la plata que está necesitando el Estado para pagar sus obligaciones extranjeras.
Pero no se hizo de esta manera, y lamentablemente ahora nos encontramos en el momento en que estamos. Con respecto a lo planteado por el señor diputado Rossi quiero ser muy honesto. Deseo rescatar el esfuerzo que está haciendo el presidente de la bancada oficialista y sus integrantes para encontrar una solución para este proyecto. Pero no es creíble, porque lo que se abre es aquello de la plata que me están sacando. Al chacarero le están diciendo que le van a sacar tanto y le van a devolver otro tanto, y el chacarero no puede entender por qué si se la van a devolver se la van a sacar antes.
Es tan elemental y casi primario como eso. Entonces, aquí aparece la desconfianza, y la desconfianza es muy mala consejera. Por eso se necesitan mecanismos muy transparentes, no como los de este tipo. Con la resolución 125 lo primero que se pone de manifiesto, como lo explicaba antes, es que el federalismo fiscal está agotado. La República Argentina, modelo federal, neofederal, pseudofederal, anacrónico, está agotado. Fue pulverizado, triturado, violentado cuantas veces se pudo. Ya no sirve para la nueva República Argentina que hay que crear. Hoy, aunque parezca mentira tantos años después , volvemos a discutir sobre federalismo y unitarismo. Yo les voy a explicar desde el punto de vista del unitarismo cómo se leen las compensaciones.
Pensamos que esta técnica de quitarle por un lado a los productores por vía de incremento de los derechos de exportación para luego devolverle de lo sustraído mediante subsidios no sólo fomenta el autoritarismo centralista y el clientelismo político, sino también el peligro de la corruptela. También es un artilugio abusivo y una verdadera artimaña orientada a no otorgarle a las provincias la coparticipación de impuestos que merecen. Entonces, hay que sacarse la careta. Si queremos ser un país unitario, no hay ningún problema; Francia es un país unitario y le va bien, al igual que Chile.
Sra. Presidenta (Vaca Narvaja).- La Presidencia recuerda al señor diputado el acuerdo que hicimos todos de respetar el tiempo de exposición.
Sr. Lusquiños. Ese no es el país que yo quiero; no es el país que nosotros queremos. Pero si vamos a hacer un país federal, hagamos un país federal en serio y no esta chantada. -Aplausos en las galerías.
Sr. Lusquiños. Otro de los problemas que se ha puesto de manifiesto es que la delegación de facultades es un castigo, una verdadera maldición que ha caído sobre el pueblo argentino, y hay que terminar con esto. Otra cosa que ha quedado resaltada gracias a la resolución 125 es que se está dando paso a una nueva Argentina. Se ha cuestionado la Argentina modelo viejo y se está dando paso a una nueva, que en el fondo tampoco sabemos muy bien qué forma va a tener. Lo que sí es seguro es que ha dado paso a nuevos liderazgos, a nuevas energías, a nuevos paradigmas, a una nueva cultura del trabajo, a una juventud que dijo: “Yo pretendo para mi país que sea más constitucional, más democrático, más justo, más armónico”. Y esto es muy importante.
En ese marco venía hoy escuchando la radio, y la verdad es que me impactó muchísimo la letra de una canción de Citarrosa, titulada Adagio a mi país. Esta canción tiene una estrofa que es maravillosa, que dice: “En mi país qué tibieza cuando empieza a amanecer. Dice mi pueblo que puede leer en su mano de obrero el destino y que no hay adivino ni rey que le pueda marcar el camino que va a recorrer”. Este nuevo resurgir ya está; ya no se vuelve atrás.
Quiero agradecer a todos los bloques, a la señora diputada Augsburger por su capacidad laboral, a los muchachos neuquinos –que siempre nos acompañan, al señor diputado Ardid por su capacidad y talento, al señor diputado Arbo; en fin, quiero agradecer a todos, a los compañeros peronistas que no integran el Frente para la Victoria y a muchísimos que sí integran ese bloque. Les quiero agradecer porque gracias a la resolución 125 hay un despertar del Congreso y también hay un nuevo respeto entre nosotros.
Hemos aprendido a caminar con una nueva intimidad, distinta, sin reproches, con altura y con respeto. Esto lo quiero destacar porque es muy importante para la salud democrática de la Argentina. También quiero agradecer a las iglesias que participaron, a los intendentes y a los legisladores provinciales. Se está generando una nueva conciencia, y eso es muy importante. Estamos obligados a ver el futuro con optimismo, más allá de que estamos en un momento de gran angustia y preocupación. Pero algo nuevo está empezando.
Yo, Luis Bernardo Lusquiños, como presidente del bloque del Frejuli, a título personal, y como diputado de la Nación electo por el pueblo de San Luis voto por el respeto a la Constitución, por la paz social y por el campo, en contra de la resolución 125. Voto por el pueblo argentino.
Discurso del Diputado Claudio Javier Poggi
Sr. Poggi.- Señor presidente: para que no quede absolutamente ninguna duda, este bloque Peronista del Frejuli está del lado del campo. -Manifestaciones en las galerías.
Sr. Poggi. Y el hecho de estar del lado del campo de ninguna manera implica estar del lado de los pools de siembra ni del lado de los especuladores financieros. Esos se defienden solos, porque siempre tienen algún amigo en el gobierno. Estar del lado del campo implica estar con los pequeños y medianos productores de todo el país, del lado de sus hijos, de sus familias, de los peones rurales, de los comercios de pueblo, de la farmacia del pueblo, de la gomería del pueblo, de los empleados de esos comercios, de los ramos generales del pueblo, etcétera. ¡Ese es el campo, y de ese lado estamos!
Con ese sector tenemos un conflicto serio y angustiante que nos paraliza, porque excedió el ámbito del sector agropecuario y se metió en las familias. Entra por la televisión y la radio. Hasta los niños hablan de la resolución 125. Todos los ciudadanos hoy nos imploran a nosotros –los legisladores que le demos una salida al tema. Y el dictamen de mayoría del oficialismo no da solución al conflicto, sino que lo confirma. ¡Ratifica el conflicto! -Aplausos y manifestaciones en las galerías.
Sr. Poggi. El otro día, en la comisión, trataba de compartir y analizar el porqué de la resolución 125. Está muy claro que esta movida de las retenciones, bajo el ropaje jurídico de una medida extra fiscal, encubre una medida estrictamente recaudatoria. Lo que dice el gobierno en cuanto a que la resolución 125 es una medida de política económica para redistribuir el ingreso, la riqueza, cuidar la mesa de los argentinos y orientar la producción, es una cuestión totalmente falsa.El único objetivo que tiene es la acuciante necesidad de caja y la necesidad financiera del Estado nacional.- Aplausos y manifestaciones en las galerías.
Sr. Poggi. Esa necesidad de caja es coherente con lo que venimos afirmando desde hace varios años: el superávit fiscal no es tal, y la política de desendeudamiento no es tal. Si no, ¿cómo se explica que luego de tres, cuatro o cinco años de superávit, año a año se incremente nuestra deuda? Discúlpenme que en cada oportunidad que tenga hable de este tema. No estoy loco. Es algo real: la deuda pública argentina se incrementa año tras año. Cuando asumió este mismo gobierno, allá por mayo de 2003 la deuda pública era de 152 mil millones de dólares; ahora es de 175 mil millones de dólares. ¿Qué pasó en el medio? Más grave aún es si tenemos en cuenta que en el medio hubo una quita de 67 mil millones de dólares debido a la famosa reestructuración y que hubo un pago adelantado al Fondo Monetario Internacional, en una acción de soberanía e independencia enorme. También hubo pagos al BID y al Banco Mundial por más de 15 mil millones de dólares.
Aún así la deuda pública argentina aumenta. Si quieren, réstenle el incremento de las reservas, del orden de los 38 o 39 mil millones de dólares. Esto es coincidente con los intereses de la deuda que estamos pagando. El año pasado pagamos 18 mil millones de pesos en concepto de intereses por la deuda y este año pagaremos 20 mil millones de pesos por ese mismo concepto. Quiero decir que la resolución 125 que nos ha tenido en vilo y va a tener en vilo a los argentinos, es estrictamente recaudatoria. Pero tenemos que sincerar esta situación porque otro sería el debate que podríamos dar. Podríamos pensar en otras alternativas de financiamiento y salir del conflicto. Podríamos pensar en un impuesto extraordinario a las ganancias, un impuesto progresivo, justo y equitativo, para ser aplicable a las empresas más importantes del país. También podríamos reasignar los subsidios a las corporaciones, que siguen concentrando riqueza. Podríamos pensar en los intereses de la deuda externa y ver por qué pagamos 20 mil millones de pesos.
Sin embargo, buscamos lo más fácil y sobrecargamos confiscatoriamente a un sector activo de la economía, el sector agropecuario, que ya está pagando cuantiosos recursos a las arcas del Estado. En consecuencia, tenemos que sincerar el tema y de esa forma podremos resolverlo, porque salimos del conflicto y podemos buscar otras variantes o alternativas de financiamiento. El otro tema es el ataque al federalismo.-Manifestaciones en las galerías.
Sr. Presidente (Fellner).- Nuevamente debo solicitar a los asistentes a las galerías que respeten al orador. Entiendan que estamos en un debate democrático; no me obliguen a desalojarlos. Cada uno podrá hacer las manifestaciones que corresponden, podrán aplaudir a unos o a otros, y eso lo vamos a permitir. Per no interrumpan a los oradores porque me obligarán a aplicar el Reglamento.
Sr. Poggi. Otro aspecto a considerar es el nuevo avance sobre los recursos de las provincias. El diputado Lusquiños ha dado una explicación muy clara sobre el particular. Cada vez que avanzan las retenciones –que no son coparticipables se ve afectado el impuesto a las ganancias en las empresas, que sí es un gravamen coparticipable.
Entonces, por el aumento de las retenciones automáticamente los recursos de las provincias disminuyen. Cada vez los recursos serán menores.Además, ¡oh casualidad!, las provincias atienden los servicios de salud, educación, seguridad y justicia. Cada vez vamos distorsionando más la distribución de los recursos entre la Nación y las provincias y cada vez estaremos peor. Ustedes pueden leer acerca de la situación en que se encuentran las provincias argentinas. Tal como dije en la comisión, soy un agradecido de la independencia económica y de la soberanía política de mi provincia de San Luis, que permiten que me manifieste ante esta cruda realidad.
Nuestro gobierno ha entablado una demanda al gobierno nacional por el tema de las retenciones. La Corte ha tomado esta demanda, que se presentó hace treinta días, por ser de su competencia. Espero que en el corto plazo tengamos novedades. El último tema se refiere a los pequeños productores. Se cree que estamos segmentando a favor del pequeño productor, pero pagar el 30 ó 35 por ciento implica una cifra enorme, porque no se aplica sobre la ganancia, sino sobre la venta. Ocupa la Presidencia la señora vicepresidenta 1ª de la Honorable Cámara, doña Patricia Vaca Narvaja.
Sr. Poggi. También nos estamos equivocando en el método de compensación o reintegro. El productor agropecuario sabe perfectamente que los reintegros no funcionan. No nos creen porque no funcionan, y esta no es una casualidad. Saben perfectamente que una compensación, un reintegro o un pague y después le devuelvo, no funcionan.
Sra. Presidenta (Vaca Narvaja).- Debe ir finalizando, señor diputado.
Sr. Poggi. Tengo un rato, señora presidenta, porque usted no estaba presente...
Sra. Presidenta (Vaca Narvaja).- Igual lo vi por televisión, señor diputado.
Sr. Poggi. Se le resta capital de trabajo y no se pueden utilizar los mercados a término, ya que las retenciones variables los van a frustrar. Además, existen costos, porque habrá que buscar un contador o un gestor que llene todos los papelitos que exige la resolución. Recién dijeron que será un papelito menos, pero hay que presentarse a la AFIP, que no tiene término para expedirse. A partir de la aprobación de la AFIP, se requieren 30 días hábiles. Después hay que caer en la ONCCA, el rey León o el nuevo ogro que tenemos en el país. Allí dirán que no hay plata, porque se la llevaron los exportadores. Entonces, va a llegar el 31 de octubre, cuando vence la operatoria, porque esto sólo beneficia la cosecha 2007/2008. Es una cargada.
Sra. Presidenta (Vaca Narvaja).- Tiene 30 segundos, señor diputado.
Sr. Poggi. Quiero decir que las compensaciones no son la solución. Voy a leer el sentido de mi voto, para que quede claro: “Claudio Poggi, diputado de la Nación Argentina, en representación de los ciudadanos de mi patria, por el voto mayoritario del pueblo de San Luis, cumpliendo el mandato de la Asamblea Legislativa de mi provincia, ante quien me he comprometido, voto por respetar y hacer respetar la Constitución, voto por el desarrollo y crecimiento de la Argentina, voto por la suspensión de la resolución 125 y sus modificatorias, voto por un plan integral para el campo, voto por la pacificación nacional y voto por el pueblo argentino y la grandeza de la patria”.
Discurso de la Diputada Ivana Bianchi Sra. Bianchi . Señora presidenta: los señores diputados preopinantes han hecho un examen pormenorizado de las implicancias y las consecuencias del proyecto de ley remitido por el Poder Ejecutivo nacional. Sólo quiero expresar que el prolongado conflicto entre el campo y el gobierno ha llegado a suscitar en la sociedad una seria preocupación para el futuro de la Argentina como sociedad y como símbolo de un país carente de seguridad jurídica. Es necesario dejar sentado que cada situación que se genera en nuestro país se debe resolver dentro del marco normativo que establece la Constitución Nacional y del desarrollo de una comunidad democrática que hemos logrado conseguir en 1983.
En el cruce de argumentos esgrimidos entre el oficialismo se advierte con enorme sorpresa la escasa importancia que se le ha dado a la Constitución Nacional. En estos largos meses de debate, y hasta de enfrentamientos, pocas veces se ha invocado como bandera de la República el contenido de la Constitución para buscar en ella una pauta que nos permita resolver el conflicto en cuestión. Dejo en claro que desde mi banca voy a representar al pueblo que me votó e hizo posible que yo fuera una interlocutora, y es por eso que voy a defender sus derechos.
Hoy estamos frente a una oportunidad histórica, y es que la totalidad del Congreso de la Nación asuma el firme compromiso de representar al pueblo y a los intereses de su provincia, dejando a un lado las banderas políticas, el clientelismo, las presiones y las adicciones al gobierno nacional. En caso de que el Congreso no pueda evitar esta grave vulneración que se está haciendo sobre nuestra Constitución les aconsejo humildemente a todo el sector agropecuario y a las provincias que recurran a la Justicia como lo hizo mi provincia de San Luis. Creo que la Corte Suprema de Justicia de la Nación debe decidir sobre esta cuestión. La violación perpetrada por el poder político obliga a todos los ciudadanos a defender sus derechos mediante la interposición de acciones judiciales como las acciones declarativas de certeza y la solicitud de medidas cautelares en las que se requiere la inmediata suspensión de las retenciones.
Reitero que si el Congreso no puede evitar la aprobación de este proyecto la última instancia será intentar por la vía judicial poner coto final a esta arbitrariedad.Por todo ello anhelo y espero que la presidenta de la Nación Argentina, a través de sus instituciones, resuelva la cuestión conforme a derecho. Yo, Ivana Bianchi, diputada de la Nación, en representación de los ciudadanos de mi patria y del pueblo de San Luis, voto por respetar y hacer respetar la Constitución Nacional, voto por el desarrollo y el crecimiento de la Argentina, voto por la suspensión de la resolución 125...- Manifestaciones en las galerías.
Sra. Bianchi. ...voto por un plan integral para el campo, voto por la pacificación nacional, por el pueblo argentino y la grandeza de mi patria. (Aplausos.)
Discurso del Diputado Mario Raul Merlo
Sr. Merlo. Señora presidenta: muchos son los aspectos que involucran en el tema en tratamiento: la resolución 125. Muchas son las razones por las que no acompañamos el proyecto venido del Poder Ejecutivo. Tanto mi opinión como la del bloque que integro sobre este conflicto ha sido absolutamente clara desde el inicio. Apoyamos el reclamo del campo, apoyamos el diálogo, y consideramos necesaria e imprescindible la participación del Parlamento.-Aplausos en las galerías.
Sr. Merlo. La primera pregunta que podemos hacernos es por qué se origina este conflicto. Yo considero que tanto éste como todos los conflictos que tiene el gobierno nacional tienen un origen común que es la hiperconcentración del poder que muestra el kirchnerismo, que se traslada al ámbito político, económico y administrativo.- Manifestaciones en las galerías.
Sr. Merlo. Esa hiperconcentración está expresada en los superpoderes, en no respetar la Constitución y las leyes, en no respetar a este Congreso Nacional y en no respetar el federalismo, las provincias y sus representantes. Tampoco se respetan los fallos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, como por ejemplo la actualización de la retribución de los jubilados y el pago de la deuda a nuestra provincia de San Luis.
Además se malinforma al pueblo, cambiando el índice del INDEC, el monto de la deuda externa y la inflación. Pareciera que la Argentina sigue en estado de emergencia, que no hemos avanzado, que hemos retrocedido como sociedad. Ha retornado de manera innecesaria e irresponsable la búsqueda de un estado de confrontación social que parecía superado en nuestro país. Esta actitud de dividir a la sociedad es lamentable; es lo peor que nos está ocurriendo en el medio de esta crisis. Esto hace que el sistema representativo, republicano y federal no funcione correctamente.
¿Por qué rechazamos la resolución 125? En lo jurídico, porque consideramos que las retenciones móviles son inconstitucionales y confiscatorias. En lo político, en lo social y en lo económico, porque no soluciona el conflicto con el campo. Por lo tanto, no es bueno ni para el campo ni para el gobierno, y menos para el país. Durante una semana estuvimos escuchando a todas las instituciones involucradas, desde los representantes de las cuatro entidades hasta los productores e intendentes. ¿Qué nos dijeron y qué nos pidieron? Que la medida no sea confiscatoria, que sea razonable, que a los pequeños productores no les retengan si se lo van a reintegrar, que desarrollemos un plan agropecuario en un tiempo prudencial, que se tenga en cuenta al interior del país, que pensemos en la decadencia de los pequeños pueblos que dependen del campo. Esto fue lo que nos reclamaron.
Si el Ejecutivo y los diputados del oficialismo no quieren escuchar y si no atendemos estos reclamos de los pequeños, medianos y grandes productores, debemos visualizar una dura semejanza con un hecho del pasado que ninguno de nosotros puede olvidar. Quizá muchos no lo vean aún, pero esto viene ocurriendo. Pero con el campo nos puede pasar lo que ocurrió hace unos años con los ferrocarriles, cuando se privatizaron: muchos ex empleados ferroviarios y sus familias quedaron literalmente en la calle y muchos pueblos desaparecieron.
Acá está en juego el reclamo de los pequeños y medianos productores, que como ya no pueden producir porque no le dan los costos, alquilan sus campos. El próximo paso es que vengan las grandes empresas a comprar esas tierras y que, como consecuencia, los productores y sus familias tengan que emigrar a la ciudad. En ese caso estaremos destruyendo el tejido social y la familia.
Señora presidenta: la ratificación en discusión es inverosímil. Se va a tratar de un acto nulo. Insistimos en que las retenciones deben ser establecidas por medio de una ley formal que dicte este Congreso. No podemos delegar nuestras funciones, como se propone en el presente proyecto, ya que ello contribuirá a la desinstitucionalización que está sufriendo nuestra Nación.
Sra. Presidenta (Bayonzo).- La Presidencia solicita al señor diputado que redondee su exposición.
Sr. Merlo. Por ello desde el bloque del Frejuli proponemos la suspensión de la resolución 125... (Aplausos.)- Manifestaciones en las galerías.
Sr. Merlo. ...por 150 días para que se resuelva el conflicto y poder debatir una política agrícola ganadera a largo plazo para la Nación en su conjunto, con apertura al diálogo, con participación, pluralidad democrática, constitucionalidad, federalismo, protección y desarrollo para los pequeños productores, racionalidad impositiva, rentabilidad para el sector y sin confiscaciones.Entendemos que la ratificación de la resolución 125 implica una confiscación a los productores y una disminución de la coparticipación a los gobiernos municipales y provinciales.
Sra. Presidenta (Bayonzo).- Ya está excedido en su tiempo, señor diputado.
Sr. Merlo. Por ello yo, Mario Raúl Merlo, diputado de la Nación elegido por el voto mayoritario y cumpliendo con mi compromiso con la asamblea legislativa que realizamos en San Luis, con diputados y senadores provinciales, voto por hacer respetar la Constitución Nacional. (Aplausos.)
Voto por el desarrollo y el crecimiento de la Argentina, por la pacificación nacional y por la suspensión de la resolución 125 y sus modificatorias. -Aplausos y manifestaciones en las galerías.
Discurso de la Diputada Maria Angelica Torrontegui
Sra. Torrontegui. Señora presidenta: considerando que mis colegas compañeros de bloque han sido totalmente exhaustivos en el análisis del proyecto que hoy estamos tratando, considerando que han realizado un estudio con solvencia técnica y política, me permito efectuar una breve reflexión. Desde este Congreso de la Nación, ámbito plural por excelencia, expresión cabal de federalismo, recuperando por estos días el protagonismo que nunca debió perder, vivimos horas históricas para nuestra Patria. Estamos estableciendo los lineamientos esenciales del país que queremos.
A más de cien días de haber vivido un conflicto incomprensible, que ha generado una crisis impensada, con enormes pérdidas económicas que han lesionado un sector productivo vital para el país –en nombre de la redistribución del ingreso y de la defensa de la mesa de los argentinos, desde el bloque Peronista Frejuli proponemos la suspensión de la resolución 125, porque fue dictada invocando facultades inexistentes en la actualidad.-Aplausos y manifestaciones en las galerías.
Sra. Torrontegui. Se han avasallado competencias exclusivas de este Poder Legislativo, porque se ha ido más allá del límite históricamente establecido para determinar la confiscatoriedad. Estamos ante una resolución violatoria del derecho a la propiedad privada, que vulnera la autonomía de los estados provinciales y municipales, y somete a las economías regionales a la voluntad de la poder central. De esta manera no se resuelve el problema de la industria lechera, de la actividad ganadera, de las economías regionales ni de los mercados a futuro; no se resuelve el problema del campo. Esta resolución 125 tiene una finalidad exclusivamente recaudatoria en detrimento de la ciudadanía, que día a día contribuye al crecimiento y desarrollo de nuestro país.
La urgencia no resuelve el problema social que hoy enfrentamos. Debemos tener la serenidad y el tiempo suficiente para trabajar y consensuar una solución. Un planagropecuario integral resolverá las necesidades de todos los sectores que se ven afectados. Quienes conformamos los bloques de la oposición sentimos que hemos cumplido con el pueblo argentino dejando de lado diferencias ideológicas, construyendo con generosidad el consenso necesario para estar a la altura de los acontecimientos históricos que la Patria nos demanda.
Nos hubiera gustado enormemente poder acordar también con el bloque oficialista para el bien del pueblo argentino, para preservar la paz social, el bien más preciado que tiene nuestra Patria. No es un tratamiento serio otorgar concesiones de último momento, que emparchan pero no constituyen la manera de solucionar el conflicto, avalando con una euforia complaciente un capricho inexplicable. Por los que desde hace más de cien días piden que se les permita trabajar, producir y proveer de alimentos al mundo, que tanto los requiere, y por la esperanza que nos inspira a quienes debemos votar y decidir el futuro del país y de todo el pueblo argentino, me permitiré leer un fragmento del magnífico poema del poeta Leopoldo Marechal titulado “Didáctica de la Patria”: “No vaciles jamás en la defensa o enunciación o elogio de la verdad; el bien y la hermosura son tres nombres divinos que trascienden al mundo, y es fácil deletrearlos en las cosas. No los traiciones, aunque te flagelen: yo sé bien que la triste cobardía suele atar a los hombres junto al río moroso, vence a la cobardía de los ojos oblicuos, y la Patria futura dará el santo y el héroe que han de trazar las líneas de la cruz.”
Con la más profunda de mis convicciones, con plena libertad de conciencia, vengo a decir que mi voto de diputada de la Nación Argentina, elegida por el pueblo de mi provincia, es a favor del campo, en contra de la resolución 125. - Aplausos y manifestaciones en las galerías
Sra. Torrontegui. Voto por el desarrollo y el crecimiento de la Argentina. Voto por la pacificación nacional; voto por el pueblo y la grandeza de mi Patria. (Aplausos.)- Manifestaciones en las galerías.
Discurso del Diputado AlbrisiSr. Albrisi. Señor presidente: a esta altura de la sesión voy a tratar de congraciarme cumpliendo estrictamente el tiempo. He leído atentamente el mensaje 941, que acompaña al proyecto de ley que envió la señora presidenta. El proyecto está refrendado también por el ministro de Economía, Carlos Rafael Fernández, y por el jefe de Gabinete, Alberto Ángel Fernández, o sea que tiene la entidad y jerarquía de un decreto, por lo cual, son entonces los dichos de la señora presidenta.
En el primer párrafo, la presidenta convoca al Congreso para resolver una discusión política acerca de la materia de las retenciones. En un párrafo posterior, califica a la discusión política de inusitadamente virulenta. En el segundo párrafo, la presidenta dice –por lo que he leído en el mensaje, porque como diputado de la Nación debo hacerlo- que esto lo hace sin perjuicio de lo que ha actuado y sin ningún desmedro de lo que va a actuar en función de las mismas atribuciones que tiene. Esto ocurrió el día 17 de junio de 2008, o sea, hace diecisiete días.
Dejo para después el análisis de otros párrafos, porque ahora quiero recordar cómo comenzó esta historia. El campo trabajaba con retenciones ascendentes del 10, 20, 24, 27,5 y 35 por ciento, y por la resolución 125, firmada por el ministro de Economía de entonces, Martín Lousteau, a partir del 10 de marzo comenzó una gran serie de reclamos del campo. Estos reclamos fueron in crescendo, y así como nunca antes se había explicado la razón de algunas retenciones anteriores, en esta oportunidad la presidenta y el entonces ministro Martín Lousteau en un discurso en el Salón Blanco explicaron el 30 de marzo, o sea, veinte días después, los alcances de la resolución 125.
El 24 de abril, sin apoyo de su gobierno y con indudables problemas de funcionamiento en el gabinete, el ministro Lousteau presentó la renuncia. Pero hoy estamos tratando la ratificación de aquella resolución. Permítanme una alegoría. Todo esto me hace acordar al cirujano que olvidó una tijera en el abdomen del paciente. Fue denunciado por mala praxis, fue expulsado del hospital, pero el paciente todavía tiene la tijera en el abdomen. Evidentemente, por algo se fue Lousteau; renunció por ese elemento instrumental, que constituyó la única acción política de envergadura de su gestión. Adelanto que votaré en contra de la ratificación de la resolución 125.-Aplausos y manifestaciones en las galerías.
Sr. Albrisi. Votaré de esa manera porque he comprendido a los hombres de campo. Pude ver cómo en 2002 se recuperaban, cómo se esforzaban, cómo incorporaban nueva tecnología y cómo ordenaban sus iniciativas, sus deseos de emprender y su combinación con la agroindustria. Pude palpar sus deseos de prosperidad y la defensa de lo que ellos llaman la ruralidad, que no es otra cosa que volver al pueblo para ordenarlo, darle vida y, fundamentalmente, servicios.
Si bien juré cumplir con la Constitución –voy a honrar ese juramento-, sin entrar en mayores discusiones, reitero que por ese espíritu emprendedor y por el éxito que los hombres de campo han tenido, voy a rechazar la ratificación de la resolución 125. Sinceramente, no entiendo cómo se puede castigar el éxito. -Aplausos y manifestaciones en las galerías.
Sr. Albrisi. Cuando el Poder Ejecutivo envió su mensaje no lo hizo por un acto de libertad democrática; lo hizo para garantizar que la mayor institución de la República sea “curada” –como dijo el señor miembro informante- con más institucionalidad. Pero ese proyecto llegó a este Parlamento con un seguro, porque cualquiera sea el resultado de la votación la resolución seguirá vigente.Por eso, reitero que votaré negativamente la ratificación. De este modo honro el tiempo del que disponía para hacer uso de la palabra.
Luego de la votación nominal, cuando se había aprobado en general el dictamen, el diputado Poggi propuso algunas modificaciones
Sr. Poggi. Señor presidente: quiero hacer una propuesta para el artículo 3°, para que no quede el beneficio reducido a esta cosecha. Propongo que en la parte que dice “productores de soja o girasol de la cosecha 2007/2008”, se agregue “2008/2009”.
Sra. Presidenta (Vaca Narvaja).- Tiene la palabra el señor diputado por San Luis.
Sr. Poggi.- Señora presidenta: quiero pedir una aclaración porque no tengo en mi poder el texto que leyó el señor diputado Agosto. Tiene que ver con los treinta días hábiles para la liquidación. ¿Desde qué momento se cuentan los treinta días hábiles? ¿Desde la aprobación de la AFIP? ¿O la aprobación de la AFIP forma parte de esos treinta días hábiles?
Sra. Presidenta (Vaca Narvaja).- Tiene la palabra el señor diputado por Santa Fe.
Sr. Agosto. Señora presidenta: quisiera que me repitan la pregunta.
Sra. Presidenta (Vaca Narvaja).- ¿Desde cuándo rige la aceptación? ¿Desde la presentación o desde la aceptación de la AFIP? Sr. Agosto. Señora presidenta: leeré nuevamente el párrafo. Dice así: “En todos los casos la compensación será liquidada antes de los treinta (30) días de la presentación, previa aceptación de la AFIP.”
Tiene la palabra el señor diputado por San Luis.
Sr. Poggi. Señora presidenta: entonces, ¿los treinta días se computan desde la aceptación de la AFIP?
Sra. Presidenta (Vaca Narvaja).- Tiene la palabra el señor diputado por Santa Fe.Sr. Agosto.- Señora presidenta: es previo a la aceptación de la AFIP, porque puede darse el caso de que exista alguna deuda, por lo que habrá que establecer el mecanismo de compensación de esa deuda impositiva. Por eso se plantea la aceptación de la AFIP. Sra. Presidenta (Vaca Narvaja).- Tiene la palabra el señor diputado por San Luis.Sr. Poggi.- Señora presidenta: o sea que el pequeño productor va a cobrar dentro de los 30 días hábiles, pero no sabemos desde cuándo se computan esos días hábiles. Es decir, que pueden ser treinta días hábiles u ocho meses.
-Varios señores diputados hablan a la vez.
Sra. Presidenta (Vaca Narvaja).- Tiene la palabra el señor diputado por Tucumán.
Sr. Vargas Aignasse.- Señora presidenta: quería aclarar al señor diputado preopinante que el productor presenta la solicitud en la AFIP. Se la evalúa, porque puede tener deudas o algún inconveniente. Hemos despejado la mayoría de los anteriores requisitos que establecía la primigenia Resolución 125 a los efectos de desburocratizar la relación entre el pequeño productor y el Estado. Por eso es que esos treinta días empiezan a correr a partir de la aceptación de la solicitud de reintegro que ha presentado el productor en la AFIP.
Es bueno aclarar eso, porque mucha gente nos ha preguntado por qué les retienen si después les van a reintegrar. La pregunta tiene una respuesta bastante simple. El arancel a los derechos de exportación únicamente se cobra a quienes exportan materia prima, como en este caso acontece con la soja y el girasol. Si venden al mercado interno, no tienen retención de ningún tipo. Tanto la soja como el girasol son productos de tránsito fungible. Es decir, es imposible determinar si el camión o la mercadería que está en las bocas de exportación en los puertos es de un enorme productor, de un pool sojero, o de un pequeño productor del Norte del país. Como se trata de un arancel, es prácticamente un pase del Banco Central y resulta imposible la determinación de su origen.
Es bueno remarcar que hemos hablado con muchos bloques para tratar de resolver este conflicto. Hemos conversado con el bloque del señor diputado Basteiro y estamos avanzando en la posibilidad de que el Estado nacional celebre convenios con cooperativas, con aceiteras, con las intermediarias, con cerealeras, para que ellos hagan el trámite de compensación y paguen directamente a los pequeños productores sin el monto de la retención. Este es un tema en el que nos comprometemos a trabajar fuertemente. Tratamos de sacar del trámite burocrático al pequeño y al mediano productor, a quienes hoy queremos fortalecer y ayudar.Sra. Presidenta (Vaca Narvaja).- Tiene la palabra el señor diputado por San Luis.
Sr. Poggi.- Señora presidenta: es necesario tener certeza acerca del tiempo durante el cual el pequeño productor le presta la plata al Estado, porque si todo está en regla, es como un préstamo que el productor está otorgando. Habría que establecer que son treinta días hábiles más un plazo determinado para que la AFIP analice la situación.
Sra. Presidenta (Vaca Narvaja).- ¿Propone alguna modificación, señor diputado?
Sr. Poggi.- Sí, señora presidenta. Propongo que se otorguen treinta días corridos para que la AFIP se pronuncie en torno de la aprobación o el rechazo del trámite.
Sra. Presidenta (Vaca Narvaja).- ¿La comisión acepta la propuesta formulada?
Sr. Agosto.- No aceptamos la modificación propuesta.






Argentina, un país, un rumbo...


por Dr. Ing. Agr. Walter Alberto Pengue
El Desarrollo Rural Sostenible, conflictos ecológicos distributivos y retenciones ambientales
La única manera de resolver el serio conflicto de la tierra en la Argentina es avanzar hacia un proceso de reforma agraria integral donde la misma sea gestionada según sus fines por los agricultores propendiendo a un proceso de producción en manos de la agricultura familiar que fomente e impulse a la soberanía alimentaria.
“Hay demasiado sufrimiento y dolor por el uso desmedido de quienes poseen los bienes. Hablamos entonces de injusticias, de familias sin alimento y sin lo necesario para una vida digna, lo que no se resuelve con decir: “Esto ha existido siempre”. Sí, ha existido siempre y existirá, si los hombres no cambiamos radicalmente la vida”. Monseñor Enrique Ángel Angelelli, 1970.
Hablar de desarrollo rural, en el marco de un país que de cara a su Bicentenario, aun pervive en el camino de los países subdesarrollados y se muestra bastante alejado incluso de aquellas economías que con similares tiempos de nacimiento, hoy muestran destinos diferentes y logros socioeconómicos consolidados, es una cuestión compleja y a su vez un interesante ejercicio, un desafío y una obligación para quienes sienten al sector como una parte indelegable de un país que viviendo de lo rural, generalmente miró sesgadamente todo el proceso, hasta hace pocos meses.
Objetivando la cuestión directamente en el desarrollo rural, es increíble que aun luego de una historia agrícola de prácticamente cien años, la Argentina permanezca, después de algunos avances y retrocesos, en un periodo de primarizacion que le mantiene en la recurrencia de crecimientos permanentes pero sin un desarrollo integrador ni integrado.
La discusión campo gobierno, enmarcada por el exclusivo interés sectorial (desde ambos lados), sobre la apropiación de la renta ambiental del país, demuestra solamente lo limitado y escaso escenario de análisis del largo plazo.
Es claro que cuando existe una explotación de un recurso natural, que por su uso implique un proceso de transformación importante, en algunos casos hasta sobreexplotación, que cuando este bien es transformado e incluso forma parte de un proceso de apropiación en el mercado internacional, que genera una renta ambiental importante y por otro lado rentas extraordinarias coyunturales (que veces impulsan los procesos de degradación) es un derecho y un deber de Estado tomar debida cuenta de todo el proceso y promover una recuperación del bien ambiental vía los mecanismos apropiados para hacerlo y aprovecharlos en el propio beneficio de la región involucrada.
Conflictos ecológicos distributivos y retenciones ambientales
Argentina es un país rico con una buena parte de su población pauperizada y una concentración de la riqueza, que a pesar de discursos distributivos, no se plasma en la mejora del bienestar general.
La discusión original del problema ambiental reside en una lucha por la apropiación de la renta proveniente de los recursos naturales (generalmente hasta su agotamiento) tanto por sectores foráneos como por quienes históricamente han concentrado y acumulado poder desde dentro.
Los conflictos ecológicos distributivos emergen de la discusión con que los diferentes actores sociales se relacionan con el mundo natural y con sus propias formas de vida referidas en general a bienes en disputa o a la afectación de ciertos sectores por otros, derivados de un mal uso de estos. Otro aspecto vinculado puede tener relación con las formas en que se distribuyen las externalidades (los impactos no calculados en las cuentas de costos y ganancias), producidas por el sistema económico, la colocación de estos pasivos ambientales, el poder para hacerlo y las metodologías para su valorización, si esto fuera posible y aceptable. Una cuestión vinculada tendrá relación con, por un lado el acceso y por el otro, los “derechos” públicos, privados o colectivos.
Una cuestión importante en el tema de los conflictos tendrá que ver con el nuevo orden internacional que ha reasignado un uso específico a los recursos naturales (por ejemplo, alimentos o energía) y que por tanto fomenta una reapropiación y explotación de la naturaleza en la era de la globalización criticando que esta resolución no se podrá hacer bajo la única lógica del mercado cuando existen innumerables inconmensurabilidades que no se resuelven ni resolverán desde el mercado o con “más mercado”.
En definitiva, los conflictos ecológicos distributivos resultan de tensiones existentes en el proceso de reproducción de ciertos modelos de desarrollo y su existencia además, aparece como restringida a especificidades espaciales o discusiones sobre algún tipo de recurso.
Hay muchos casos de conflicto social que apoyan la tesis de la existencia de un ecologismo de los pobres, es decir, el activismo de mujeres y hombres pobres amenazados por la pérdida de recursos y servicios ambientales que necesitan directamente para su supervivencia. Los lenguajes que usan pueden ser, por ejemplo, el de los derechos humanos, o los derechos territoriales indígenas o el lenguaje de los valores sagrados aunque ellos no sean miembros de la cofradía de la “ecología profunda” como enumera el economista ecológico Joan Martinez Alier.
Cuantos agricultores y campesinos que hoy día luchan en la Argentina por la tierra, por el acceso al agua, por la protección de sus formas locales de producción y alimentos, si uno les dijese: tú eres ecologista... Te responderá, ecologista?, tu madre!… Sin embargo, son estos los actores que han estado desde siempre en la lucha por una justicia ambiental, por una defensa de la sostenibilidad de sus fuentes primarias o por la vida misma. Miles a lo largo y ancho de este mundo han dejado su vida en esta lucha. Ambiental o Social? Es igual, si en definitiva hablamos de lo mismo. Los zapatistas de hace un siglo, son los ecologistas populares de hoy, en palabras del etnoecólogo mexicano y latinoamericano, Víctor Toledo.
En el caso de Argentina la mayoría de estos conflictos se apoyan en la problemática derivada de la mala gestión de los recursos naturales…
El principal conflicto ambiental existente es, de hecho el conflicto por la tierra. De la no resolución del mismo derivan muchísimos otros problemas que en el país no se han resuelto. Al considerarse a la tierra un bien de renta, la cuestión reside en la discusión de la apropiación de sus beneficios y por tanto de quien detenta su propiedad. Para uno u otro fin. Son muchos los que consideran por otro lado, que la tierra no es meramente un recurso. La tierra es mucho más que eso, es un espacio de vida y una herramienta de transformación social como declaman desde hace mucho tiempo, miles de agricultores federados o no y otros movimientos campesinos e indígenas.
La cuestión de la extranjerización de la tierra y la concentración de la misma tienen en el país el mismo origen: la fuerza del capital. Incluso si la tierra se comprara con fines conservacionistas la cuestión no se resolvería. Sólo lograríamos más espacios para que señores feudales decidan quién entra y quién no en sus cotos o bien con mejores intenciones que estas, no sería suficiente para una gestión sostenible del recurso.
La única manera de resolver el serio conflicto de la tierra en la Argentina es avanzar hacia un proceso de reforma agraria integral donde la misma sea gestionada según sus fines por los agricultores propendiendo a un proceso de producción en manos de la agricultura familiar que fomente e impulse a la soberanía alimentaria. Pensar que la inserción del país en el comercio global dará solución a estos problemas es sencillamente una falacia imposible de sostener, cuando estamos viendo con claridad el destino y la forma en que se maneja la producción nacional.
Hoy en día la sobreexplotación del recurso es la moneda de cambio con la que se paga esta intensificación direccionada. El resultado es la deforestación que en la Argentina alcanza una tasa superior a las 250.000 hectáreas distribuidas en el Chaco Seco, Húmedo, las Yungas incluso los relictos del caldenal pampeano. El modelo de agroenergéticos o agrocombustibles presionara aun mas sobre prácticamente 3.000.000 nuevos millones de hectáreas de tierras marginales, a las que se entra solo con tecnología e insumos.
Los problemas de degradación y erosión comienzan a manifestarse nuevamente a pesar, de la existencia de nuevas prácticas agrícolas como la siembra directa, que aplicadas en condiciones de monocultura o con rotaciones ineficientes desde el punto de vista agronómico no resuelven el problema de la erosión y por supuesto pueden incrementar otros, como el incremento de la contaminación química.
La pérdida de biodiversidad es un fenómeno creciente que amenaza a la mayoría de las ecoregiones argentinas. La biodiversidad es una propiedad de los ecosistemas y de las sociedades que es necesario preservar y utilizar en su beneficio conjunto.
Los problemas de contaminación de los acuíferos, son un tema de preocupación especialmente en un país donde la intensificación de la agricultura industrial es un hecho exitoso, justamente porque no incluye ni paga ninguno de los costos ambientales y sociales que genera.
El acceso a las fuentes de agua y su utilización es otro problemática importante en tanto y en cuanto, unos capitales las quieren apropiar para si y para su disfrute privado (nacientes de ríos patagónicos, humedales) o bien para utilizar los cuerpos de agua como receptores de contaminación, como el caso de las pasteras. Ambos conflictos han generado una fuerte respuesta social que superó y de alguna manera enseña caminos a funcionarios y técnicos.
La sobreexplotación de los recursos forestales y la pesca, genera conflictos socioambientales en distintas regiones del país por efecto generado por la desaparición del recurso, la contaminación del ambiente, efectos a la salud y el empleo.
La contaminación agroquímica en pueblos y ciudades nuevamente es un factor que hecho que varias comunidades se organizaran incluso por encima de sus decisores políticos, que por error u omisión u otros intereses menos santos, miran para otro lado.
Peor aún es la contaminación y depredación provocada por las minas a cielo abierto que nuevamente tienen a las asambleas y actores sociales como emergentes reaccionarios de este nuevo ecologismo de los pobres y los no tan pobres.
La extracción de recursos minerales, prácticamente subsidiados por legislaciones que atentan contra el país, lo mismo que las formas de producción y explotación de otros recursos no renovables como el petróleo o el gas, ameritan una profundización de los análisis y conocimiento de los temas por parte del Estado.
Evidentemente que estas cuestiones no se resuelven con más comercio. Sino, solamente con más justicia y democracia.
Por supuesto que los recursos naturales con que nació al mundo esta Argentina (tierra de la plata, tierra de la riqueza) están para ser aprovechados en beneficio de todos y no sólo de unos pocos.
Todos los casos mencionados implican una importante renta ambiental, hasta hoy día pobremente estudiada y menos aún considerada en las cuentas y los cálculos de los economistas. Estos cálculos no sólo se sostienen por balances monetarios, sino por cuentas de mejoras o pérdidas del bien ambiental y en definitiva del sustrato o la base de recursos de estos bienes que detenta el país.
Es sobre esta ambiental, sobre el usufructo de un recurso que trasciende a la propiedad de un privado, sobre el que deberían calcularse las retenciones, y ser vistas no como un elemento único para apropiarse de una mejora coyuntural de precios internacionales, sino como un resarcimiento al país de la extracción del bien, de la remediación de parte de sus daños y, especialmente, muy especialmente, como una medida de restitución de fondos para el sostenimiento de un modelo productivo en el tiempo.
Para crecer y desarrollarse, es necesario producir. Y producir en muchos casos significa transformar. Esto involucra cambios importantes seguramente en el paisaje. Hoy en día este proceso sucede en forma desprolija y desordenada y peor aún sin ningún objetivo de desarrollo nacional. Argentina sólo crece…en los números de los saldos exportables de granos, minerales, petróleo y hasta biodiversidad (exportación de especies o productos y también en el tráfico ilegal de fauna).
Ninguno de los conflictos ambientales o sociales especialmente sobre la cuestión de la tierra o de los recursos ha sido resuelto. Es un momento de oportunidades, más allá de la coyuntura. Pensar en un ordenamiento del territorio, que no se realice sin la participación de todos los sectores generara solamente un resultado solo parcial, entonces netamente insuficiente. Seguiremos siendo así, productores de diagnósticos sobre un problema creciente, quizás el problema mas grande de Argentina: Como crece el país, el que más allá de todo, lo seguirá haciendo de la mano y transformación racional de sus recursos.
El porqué de las retenciones ambientales y la base de recursos
Queda claro, que el sostenimiento y el crecimiento de la economía de los países en vías de desarrollo viene de la fuerza y la apropiación con que estos defiendan el uso de sus recursos naturales.
Los actores del mundo global (países desarrollados y grupos corporativos) han detectado hace tiempo esta capacidad de países como la Argentina, de producir bienes y de obtenerlos a costos bajos.
Los decisores de políticas (ambientales, agropecuarias, energéticas) de la Argentina, poco han tenido que ver, respecto de la instalación en la agenda nacional e internacional del país, de una línea que defienda y haga valer los bienes que nuestras economías exportan y las empresas o traders “toman a costos cero”. Lo mismo hacen hoy día, los grandes grupos financieros, devenidos en inversores en bienes tangibles como los alimentos o la energía, y que tienen a los ya remanidos “pooles de siembra” en Argentina y las economías vecinas, también en su centro.
O acaso, se valúan en las cuentas de nuestros bienes exportables (granos, carnes, leches, maderas, petróleo, gas, minerales), los recursos básicos sobre los que estos han sido producidos o extraídos, como el paisaje, el medio natural transformado, la extracción de los ricos nutrientes de suelos aún algo ricos de la tierra pampeana y chaqueña, el agua virtual, la irradiación solar por unidad de área o el clima que permite duplicar cosechas en el mismo tiempo.
Así como se escuchan los campos de sirena sobre las bondades de muchas nuevas tecnologías, algunas serán veraces y otras tantas, solo falacias habrá que escuchar aún con más atención, las consideraciones en este siglo XXI sobre el valor de nuestros recursos naturales (no sólo de los bienes exportables en el mercado mundial ¡!!), sino la base de estos recursos que les sostienen, y hasta ahora (sólo hasta ahora no hemos considerado).
Tampoco las economías más ricas, los grandes grupos económicos y los traders de los negocios agrícolas o energéticos, pagan a las naciones pobres, cuota alguna por este “alquiler” de su espacio vital. Pero es claro, que lo utilizan.
Es tiempo de empezar a hacerlo. El calculo y el resarcimiento por el uso de los recursos, vía retenciones ambientales, puede ser un factor novedoso para mantener la base de recursos y ayudar a construir el desarrollo en el interior profundo, de dónde provienen los bienes pero hacía dónde prácticamente no fluye nada nuevamente.
La exportación de nutrientes y otros bienes ambientales sirven también para ayudar a comprender formas y tendencias irracionales en el uso de los recursos y son especialmente importantes de ver, para economías como la nuestra, basada en ellos.
Justamente para el caso argentino, la cuestión de la exportación de nutrientes es de una cuestión vital. El país exporta, junto con sus granos hacia los mercados de ultramar, la mayor riqueza de la pampa argentina y de las regiones extrapampeanas. Si una de las siete cuencas de nutrientes más rica del mundo como esta se vacía, la posibilidad de mantener algún tipo de producción se ofrece solamente a través de la incorporación de nutrientes vía fertilizantes sintéticos.
Se comprende en el país este vaciamiento y sus consecuencias?. Aparentemente no. Argentina desde su corta historia agrícola ha hecho un uso si bien no sostenible, por lo menos no intensivo de los recursos del suelo, manteniendo de alguna forma y dependiendo del período la caja de ahorros de nutrientes o su reposición natural.
Con la llegada de la agriculturización a Las Pampas, el proceso
comienza a revertirse y hoy día con la intensificación sojera la salida de nutrientes del suelo es permanente.
En términos de volumen extraído con el cultivo soja, desde los comienzos de la agriculturización en la década de los setenta (1970/71) hasta el año 2005, Argentina ha perdido 11.354.292 millones de toneladas de nitrógeno (ya descontada la reposición natural), 2.543.339 millones de toneladas de fósforo y valores muy elevados de los demás nutrientes y oligoelementos, a pesar como he comentado de su buena disponibilidad en un suelo, que no obstante se va vaciando.
A valores en dólares, y solamente tomando como referencia una equivalencia con la restitución de lo perdido (que asumimos es una simplificación de la realidad del balance de nutrientes), con fertilizantes minerales, los costos incumben cifras sumamente elevadas. Argentina ha perdido unos u$s 2.895.344.460, 2.638.055.818, 890.168.650, 461.509.880, 86.251.130 y 71.531.320 para el nitrógeno, potasio, fósforo, azufre, calcio y magnesio exportados.
Es posible que esto aún no se quiera ver, hasta llegar al vaciamiento de las pampas (Pengue, 2002, 2003). No es un precio de mercado lo enumerado pero es un “valor” que de alguna manera debería ser reconocido y manejado, no sólo a escala regional sino como veremos con la problemática del agua a escala global. Los suelos ricos del mundo son cada día más escasos y no es posible “hacer nuevo suelo” en los términos en los que la humanidad los consume, degrada y necesita. Es un valor de resguardo futuro que países como la Argentina deberá tener muy en cuenta.
En el caso de la producción sojera pampeana, la extracción de nutrientes ha sido especialmente importante, por ser esta una de las áreas de mayor producción de la oleaginosa.
Las provincias pampeanas (Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba) alcanzaron en conjunto una extracción total de elementos mayores (N, P, K, Ca, Mg, S) de 20.305.794 toneladas y 244.449.822 kilogramos de micronutrientes (B, Cl, Cu, Fe, Mn, Mo, Zn), siempre tratando exclusivamente la extracción de la soja.
La extracción por hectárea, durante todo el periodo ha sido también muy alta llegando a los 158 kilogramos para los nutrientes principales (N, P, K, Ca, Mg, S).
La degradación del suelo, en el caso que nos ocupa de la extracción de nutrientes, siempre fue vista por una parte de los colegas agrónomos y algunos institutos de investigación agrícola como “un problema debalance”, donde para resolver la cuestión, era necesario solamente incrementar la reposición vía fertilizantes minerales. Ello no es del todo acertado, al no considerar en este análisis los costos devenidos de las externalidades producidas en este proceso de intensificación agrícola creciente y que son de tipo ecológico (contaminación química, degradación física, eutrofización, incremento del riesgo ambiental) y a la salud (aumento de las enfermedades producidas por contaminación, agroquímicos tanto en trabajadores como en la población rural y periurbana).
Sin embargo, la actividad humana está alterando en forma radical el ciclo del nitrógeno a través e la producción de alimentos. La “cascada de nitrógeno” es un impacto ya comprobable a escala planetaria derivada directamente de actividades que están incrementando la cantidad de nitrógeno reactivo que circula a través de la tierra, aire y agua. La razón de ello es la fabricación de nitrógeno reactivo como fertilizante para incrementar la producción (Anuario Geo, 2003).
Por tanto, la recomendación de fertilizar en forma permanente a las cosechas, esconde este creciente costo ambiental por un lado y una obligación al agricultor por el pago de fertilizantes minerales para reponer en un proceso artificial y de corto plazo, por el otro.
Por supuesto que Argentina, en lugar de volver hacia un proceso de ecologización de su agricultura y por tanto reconstituir los recursos perdidos, va por el camino opuesto, creando una dirección de mineralización que apunta lógicamente, a la fertilización de los campos vía nutrientes sintéticos. Cuidado!, legisladores con lo que impulsan.
Los nutrientes “naturales” y cumpliendo sus ciclos en el suelo pampeano son otro valor que tiene el país y que de una forma u otra deberá contabilizarse en las cuentas ambientales y económicas en el futuro más allá de la teoría convencional de la renta que incluya también esta renta ambiental subvaluada. Quién no sabe esto? Desde el señor Frers, de la Sociedad Rural Argentina de principios del siglo pasado, que recomendaba en sus escritos a sus colegas de esa institución, arrendar los campos (de los terratenientes) a los inmigrantes italianos (nuestros primeros “chacareros”), con el compromiso de devolverlos sembrados con alfalfa, lo sabía claramente.
Muchos de esos chacareros, alquiladores de campos a precios viles, nunca!, llegaron a tener una lonja de tierra. Hurguemos en la historia…
En esos tiempos, Argentina se escribía con “A”…de alfalfa. Hasta los que hoy, repiensan la necesidad de la rotación ganadera que nunca debimos abandonar o quienes desde fuera miran a la pampa como esa tierra rica y “sobrenatural” en nutrientes, que a menores costos por algunas campañas, les permitirá apropiarse de una renta ambiental que ya no existe en otros lados. Todos lo saben, o casi todos…
Si la tierra es importante, tanto o más lo es el agua, cada día más escasa y contaminada. El comercio agrícola mundial puede también ser pensado como una gigantesca transferencia de agua, en forma de materias primas, desde regiones donde se la encuentra en forma relativamente abundante y a bajo costo, hacia otras donde escasea, es cara y su uso compite con otras prioridades (Pengue, 2006). Habrá que ver estas cuestiones, y comenzar a reclamar a quienes ganan con nuestros recursos en el sistema global, por estos.
Resulta aún poco difundido en nuestra cultura, pero despierta un notable interés para quienes planean estratégicamente el futuro mundial el hecho de que también la Patagonia es una fuente muy importante de agua potable (la segunda fuente del mundo en cantidad por habitante), garantizada a través de infinitos ríos, arroyos, vertientes y hasta grandes extensiones de hielos continentales. Los espacios del planeta que tienen disponibilidad de agua dulce y densidad poblacional baja se han convertido en el botín de los poderosos del mundo, que se los disputan para garantizarse su bienestar y calidad de vida.
Y así pueden seguir los análisis respecto de otros recursos. Incluso más, como serían los sistemas de transacción económica si además de los cálculos sobre los intercambios físicos de las bases de recursos, se consideraran en las cuentas de cambio, los costos energéticos de los procesos de producción no incluidos hoy día en todos ellos.
Para iniciar el proceso, el cálculo es ya posible sobre bienes tangibles como los nutrientes o el agua. Desde aquí, podrían estimarse claramente la salida de recursos y técnicamente determinar su valoración para discutir la construcción del indicador que permita, el cálculo de esta retención ambiental. Por supuesto que este cálculo no será el mismo para las distintas eco regiones, sino que puede incorporar variables como tipos de suelos, estructura, niveles iniciales de nutrientes, materia orgánica, tipos y destinos de la producción (no es lo mismo calcular nutrientes “que se van del sistema” en las exportaciones, que aquellas que pueden “volver” al sistema, por ser utilizados localmente), niveles tecnológicos y demás.
Es claro que la retención ambiental, es un nuevo guarismo, distinto al concepto de apropiación por la vía de las retenciones móviles, devenido solo en el interés por apropiarse por parte del Estado de una renta extraordinaria y conyuntural, sino que responde a la búsqueda de una gestión y administración sostenible de los recursos naturales, más allá de estas situaciones de precios extraordinarios y que deberían seguir consustanciándose incluso en situaciones de precios normales.
La retención ambiental, como bien se ha dicho, será distinta para cada tipo de bien natural, pero lo que deberá asegurar es un resarcimiento adecuado por el uso del mismo, que asegure en el futuro, alternativas productivas si es un bien agotable como el petróleo o el gas, o un uso sostenible si es un bien como el recurso suelo.
Chacareros y chacareras….
América Latina es la región más urbanizada del mundo en desarrollo. El nivel de urbanización era del 75.3 por ciento en el 2000 y se estima que llegará al 80,4 por ciento en el 2020. Argentina es uno de los representantes fieles de estos guarismos.
Hoy día es mucho más probable que usted, amigo lector, se encuentre y converse cara a cara, y día a día, con un urbanita, con un hombre urbano, que con alguien del medio rural.
Sin embargo, un país, en especial de las dimensiones territoriales de la Argentina, enfrenta un serio riesgo estratégico, si se vacía de gente, si se lo vacía de agricultores…
El mantener a los chacareros en el campo, es una cuestión estratégica. Podrían aprender algo nuestros políticos de los europeos o los norteamericanos, o porque no, de los japoneses o hasta los neozelandeses, que les subsidian “para clavar la guampa en la tierra” y no moverse.
Pero como acordarse de los “chacareros”, si ni siquiera los medios recordaban este nombre. Eran como hablar de la chata, el sulky, las garlochas, las alpargatas, la sieteup o la bombacha bataraza. Ya desde la cacofonía de los “clarinetes” rurales supimos leer cada sábado, durante más de una década, que el nuevo nombre para los hombres de campo, debería ser el de “chacrers” (como los bautizaron algunos desde estas columnas), “farmers” o productores… O el “descubrimiento” del campo por sociólogos rurales que se habían quedado en los setenta en sus estudios sin comprender las nuevas alianzas, los nuevos actores y los enormes procesos de cambio que estamos viviendo, hasta el periodismo progresista que consultaba desesperadamente que era una hectárea o un quintal o el más conservador, siempre más vinculado al campo de los ruralistas terratenientes, preocupados por sus asados domingueros en riesgo…
Si hoy día, hasta el clarinete rural, habla de chacareros… Cómo se da vuelta la taba…!
Una pena, pero también una oportunidad. Hoy, de una manera burda y hasta brutal, la sociedad argentina, que vivió como Buenos Aires, de espaldas al interior, percibió que hay cosas distintas en el campo. Que más allá de la equivocada alianza de sectores rurales que defienden distintos y hasta enconados intereses, hay chacareros pequeños y medianos y también grandes productores y hasta pudieron revisar sus diferencias y objetivos. También se pudo ver y comprender, que en algunos casos, la lógica campesina, supo mostrar que está más cerca de la construcción de una soberanía alimentaria, importante para la nutrición y la revitalización del interior.
La apertura de la economía argentina, el proceso de globalización, la intensificación tecnológica, especialmente en el agro, la llegada de nuevos actores sociales, la facilitación de acceso a los recursos naturales (tierra, petróleo, gas, biodiversidad) por parte de capitales foráneos no ha tenido antecedentes y parece no tenerse ningún interés estatal en ponerles algún límite (leyes como las de extranjerización de las tierras en la Argentina o una imprescindible ley de arrendamientos, duermen el sueño de los justos en los cajones legislativos).
Los resultados a nivel predial y regional, no se han hecho esperar. Con sus diferencias, el problema de la concentración se encuentra en todas las regiones. Un aumento muy intenso en la escala productiva, no solo en la agricultura sino en otras economías regionales, el desplazamiento de la pequeña y mediana agricultura, el desplazamiento de las producciones locales en beneficio de la agricultura de exportación y de renta, la perdida de pautas culturales y sociales, el despoblamiento del campo, son hoy en día cuestiones insoslayables, que deben revertirse prontamente, si se pretende asegurar la sostenibilidad del desarrollo rural en el campo argentino. Sostenibilidad no es crecimiento coyuntural. Sostenibilidad no es shopping en los pueblos.
Este despoblamiento del campo, que afectó en los años noventa principalmente a los agricultores chicos, más pobres, o más endeudados, ni que hablar de los campesinos e indígenas (de los que ahora se acuerda algún gobierno para utilizarlos bobamente) siempre impulsados hacia las ciudades a vivir en condiciones subhumanas, hoy en día es un recuerdo latente pero también una amenaza permanente por la apropiación de las tierras de nuevamente los pequeños (de alto valor por hectárea) por parte de inversores nativos y foráneos, que los destinan a los pooles de siembra.
Se debe poner el foco y la preocupación, que a pesar de los avisos que se les viene haciendo a los decisores de políticas, nunca atendieron, sobre quienes están accediendo rápidamente a las tierras, que de una manera u otra, por las buenas o por las malas están abandonando los pequeños y medianos agricultores.
El campo argentino hoy es más complejo aún que antes. Prácticamente es una copia sectorial de lo que es la Argentina. Muy pocos ricos, clase media y aún una buena cantidad de pobres en muchas eco-regiones de la Argentina. Especialmente estos últimos, fueron los más afectados en los años noventa y los guarismos estatales, mostraban la desaparición de prácticamente más de 100.000 agricultores, y sus familias durante esos periodos (Cuadro). Fueron muy pocos, los sectores que miraban este escenario de destrucción de la base rural de la Argentina.
En muchos casos, son estos pequeños y medianos agricultores, los sobrevivientes de ese período, los que han reaccionado con mayor énfasis sobre la aplicación de retenciones móviles, que en el caso de los más alejados de los puertos o en eco regiones con menor productividad que en las Pampas, literamente volverían a formar parte de los cuadros estadísticos de “ex productores”.





Es tiempo de concebir lo que podríamos ser


por Juan Archibaldo Lanús
La Argentina está políticamente desestructurada y emocionalmente desorientada. Se impone un nuevo pacto que permita pensar el desarrollo.
La Argentina ocupa el octavo lugar en el mundo por su extensión territorial. Todos los estados que nos preceden son grandes potencias. A 200 años de existencia no logramos nuestra convivencia política sobre sólidas bases constitucionales. Carecemos de objetivos estratégicos y, periódicamente, la sociedad está sacudida por crisis provocadas por el desacierto o imprevisión de gobernantes. A principios del siglo XX la Argentina tuvo un destino de gran potencia. Cómo aquel país, al que Leopoldo Lugones cantó su apogeo en el "Romance del Río Seco", perdió ocho posiciones en su rango internacional desde l980.
Por qué la "discordia social", ese "elemento morboso" al que se refiere Joaquín V. González, aflora, repitiendo los fantasmas del pasado, con el símbolo de la lucha por la "caja" de la Aduana. Miramos de reojo los verdaderos desafíos que enfrenta la Argentina de hoy, transformando en "chivo expiatorio" de frustraciones nacionales al sector productivo más dinámico y mejor adaptado a la competitividad mundial. Enfrentamos dos circunstancias dramáticas: la discordia interior y el declive internacional. Cinco son los desafíos mayores. El primero es la postergada deuda social. Más del 30% de la población es pobre, 40% no tiene cobertura médica y un tercio de los salarios son en negro. Somos el único país del mundo donde los jubilados financian al Estado.
El segundo desafío es la calidad institucional, cuya arquitectura está desquiciada. Se debe restablecer la vigencia de la Constitución y renunciar al "fraude electoral". El Estado debe dejar de ser el "botín de guerra" de la política al servicio del clientelismo de turno. Es inútil el intervencionismo económico que nos separa del mundo, frena la producción y manipula el ingreso favoreciendo a grupos concentrados de un capitalismo de amigos. Hay que rever el modelo de gestión y distribución de los recursos públicos y los métodos para decidir las inversiones del Estado. El cuarto desafío es recuperar prestigio, credibilidad e iniciativa internacional. La política exterior debe responder a intereses estratégicos, a largo plazo y no a los intereses coyunturales. Debe reemplazarse la diplomacia de amigos por una diplomacia profesional.
Para celebrar el Bicentenario en paz y concordia nacional, deberíamos acordar un Pacto de la Verdad para erradicar la corrupción, respetar la transparencia y restablecer la fe pública en los actos del Estado. Un pacto ético y moral. Debemos apelar a la unión nacional y no al espíritu de las facciones para pensar un proyecto de desarrollo adaptado al mundo. La Argentina está políticamente desestructurada y emocionalmente desorientada. Hay una Argentina que espera. Llegó el tiempo de ver lo que somos y de concebir lo que podríamos ser.



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