Los últimos héroes de la Argentinidad: Su lección y clamor por el presente patrioDiscurso pronunciado el 2 de abril en la esquina de Maipú y Alsina, Banfield, partido de Lomas de Zamora, ante vecinos, Veteranos de Malvinas y los padres de dos de los jóvenes caídos en la Gesta, el oficial Héctor Martel y el soldado Marcelo Daniel Massad.Por Cárlos Pesado Palmieri (*)Rebanadas de Realidad - Banfield, 08/04/08.-
Transcurrió ya más de un cuarto de siglo y nuestra memoria encendida evoca con dolor la pérdida del capitán Héctor Martel, del soldado Marcelo Daniel Massad, y de todo nuestros héroes caídos en Malvinas y también la de aquellos que fruto de las secuelas de esa breve pero cruenta guerra, murieron luego o quedaron discapacitados para enfrentar con todas sus potencias y talentos naturales, los desafíos del diario vivir.¿Quien quiere hoy y aquí, analizar los porqué de ese conflicto por la Soberanía Nacional, en la que finalmente estuvo y fue comprometida nada menos que la propia motivación originaria?¿Venimos a discutir según nuestro mayor o menor grado de sensibilidad con dicho principio, más de 25 años después esos porqué, cuando esa ofrenda de voluntades jóvenes y valientes que dieron el máximo bien que ofrecer se puede: sus propias vidas, no sienta magisterio?Cierto es que a alguno de nosotros aún nos estremece, pero casi ninguno obra entre nuestros compatriotas, consecuentes con ese conmovedor ejemplo.¿Importa acaso hoy, cuando los argentinos en vez de sentirnos parte de un todo nos alineamos como todos aparte, analizar los móviles del conflicto, la noble exaltación del patriotismo secular, la ineficiente conducción militar, el cepo a la vida republicana del régimen que languidecía?¿Importa acaso hoy? Con testimonios multiplicados del odio en nuestras calles, en nuestras rutas, en nuestras plazas, en nuestros corazones, ajenos casi todos al consejo del poema nacional hernandiano "los hermanos sean unidos"…, y al mandamiento del amor al prójimo, modelo de nuestra sociedad cristiana…?¿Importa acaso hoy, que se reniega de lo fraterno aún entre la misma parcialidad de la "camiseta" que nos identifica en la tribuna deportiva? O que nos incita a la "lucha de clases" en las manifestaciones colectivas, extraña al "ethos", al carácter del pueblo Argentino?¿Qué han de preguntarse los padres aún sobrevivientes a sus hijos, noble y heroicamente caídos en Malvinas? ¿Toda esa sangre derramada por y para la Patria, sin distinciones y también sin discusión, todos contestes en el valor de ese sacrificio que no fue de banderías, que fue deber y entrega totales; esos huesos fundantes de una nación libre que hasta recuperó sus libertades políticas esenciales por la dación de esas vidas? ¿Qué han de preguntarse esos padres, hermanos e hijos de nuestros caídos, ante el absurdo de nuestro presente enfrentado, intolerante y lóbrego como esta destemplada mañana amanecida que recién ahora nos acompaña con un sol esperanzador?No es tiempo de condolencias, ni de revoluciones de la nada, que aunque nos asombran no dejan de avergonzarnos.
Son tiempos de reacción cívica y moral, de restauración de los componentes armoniosos y hospitalarios de nuestro Ser Nacional. Contra tanto odio evidenciado, contra tanta soberbia y sin razón expuestas. Contra tantos intereses de sectores, del privilegio o del poder, de todo bien particular que sea puesto por sobre el bien común.
Lo hacemos desde esta esquina banfileña, tribuna popular de la memoria encendida, aquella identificada con la VIDA en su más completa diversidad, que sufre tanto el olvido como el odio infecundo y que desde la paz ganada por la reconciliación, promueve el esfuerzo comunitario y el desafío creador de reconocernos en el terruño que es nuestra patria del corazón.Desde esta esquina rebautizada en memoria de uno de sus jóvenes caídos en la gesta de Malvinas: Daniel Massad ,es que oramos por él y por sus compañeros muertos para que nosotros viviéramos con orgullo y dignidad y en nombre de esas vidas sesgadas, valiosas en sí mismas, irremplazables en el corazón de sus progenitores, de sus familiares y de sus amigos, pero imperecederas en la heroicidad de su entrega, en su nombre repito, rogamos por la pacificación de los espíritus.Abogamos por el destierro de los hombres-lobos que se anidan en el interior de tantos liderazgos institucionales y personales, económicos, sociales, políticos, literarios, periodísticos, deportivos y tantos más que cual profetas del odio redivivo mellan, dañan, deforman el hospitalario y acogedor habitat criollo de nuestra identidad nacional.El hombre argentino, el de los pueblos originarios, el de la raigambre hispana, el gaucho de nuestra Argentina épica, el gringo descendido de los barcos, todos ellos mestizados por esta Tierra Santa, de cuya soberanía tenemos responsabilidad primaria y testimonios como los que hoy honramos para nunca defeccionar…El hombre argentino queridos convecinos, no puede retroceder a sus páginas negras, a los desvaríos de cualquiera de sus épocas infecundas.
Debe alimentarse de esa condición y de esa maravilla que hizo de su suelo patrio un bien habitable y querible para todos los desposeídos y perseguidos del mundo.
Patria nueva para tantos pueblos de latitudes distantes, de etnias diferentes, que atravesaron distancias siderales tras el horizonte de esperanzas renovadas; un suelo para crecer en hijos recuperando la dignidad esencial a la persona humana.Si no escribiéramos historias unilaterales, cada episodio miserable de nuestra vida colectiva puede ser enfrentado, superado y vencido por miles de actos de misericordia, personales y grupales. No porque sí Argentina fue tierra de promisión, de paz y de bienaventuranza.Nos congregamos hoy aquí bajo otra amenaza más grave que la lluvia, nos congregamos por las vidas ejemplares ofrendadas por los Martel, Massad y cada uno de los que cayeron y lucharon en Malvinas y en el Atlántico Sur, no sólo para evocarlos sino para extraer de su dación total una lección que nos sirva para no desfallecer por el desánimo ni aceptar como inevitable el caos o el quiebre de nuestra comunión social.La sociedad argentina debe encontrarse en la definición de Renán como Nación:"…haber hecho grandes cosas juntos y quererlas hacer todavía"; en la de Maritain sobre el hombre definido en su triple categoría de inteligencia, voluntad y amor, el hombre sí, criatura pecadora y herida llamado a la vida divina y a la libertad de la gracia, cuya suprema perfección reside en el Amor"Por amor y reconocimiento a los héroes de Malvinas, recuperemos la paz interior, el diálogo, los canales de encuentro.
Desterremos todo atisbo de soberbia y de violencia; labremos hospitalarios, generosos, pacientes e insistentes la entrañable Argentina de Todos, porque Martel, Massad y sus compañeros de Gesta son "hijos de la luz", estrellas nuevas de Belén para guiarnos en la preservación y redención de nuestra patria.Que la evocación de nuestros héroes sincera, sentida, llorada, querida sirva, si sirva, para desarmar los ánimos contrapuestos, llamar a la reconciliación, fortalecer las conductas probas frente a las deshonestas, a la recta intención frente a la aviesa reiterada y conocida de los violentos.
Que nos sirva para el sinceramiento de exámenes de conciencia serios, para reconocernos como Argentinos que debemos merecer la patria que Dios nos dio y que combatientes como Daniel y todos los que cayeron en defensa de nuestros territorios malvineros y en el Atlántico Sur, nos los guardaron con sus vidas.Noble y buen arrepentimiento a los que les quepa, a los que por uno u otro motivo u interés, exacerbaron las pasiones.Reconciliación, diálogo fecundo y Cultura del Trabajo en todos para recuperar nuestra bendita Nación por la que murieron los últimos héroes de la Argentinidad.
EQUIPO DE DIFUSION
www.frentefrejuli.com.ar
Gabriel Faccio
Sitio dedicado a la promoción del candidato a Presidente de la Nación Argentina 2011.
Alberto Rodriguez Saá.www.frentefrejuli.com.ar
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