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5.6.08

Flores en el barro

Reynaldo Sietecase
05.06.2008



Se puede encontrar una flor en el barro. Eso dicen los poetas. De la misma manera, los chinos aseguran que se puede encontrar una oportunidad hasta en la peor de las crisis.

Hace tres meses que el país vive el agobio de una pelea sin precedentes entre la dirigencia del campo y el gobierno nacional. Entre el interior profundo y el Estado.

El conflicto tiene costos económicos, políticos y sociales impredecibles. ¿Es posible encontrar aspectos positivos en esta disputa? -El gobierno con mayor poder político desde 1983 –apoyo popular, mayoría en ambas cámaras legislativas, adhesión casi total de los gobernadores, control de la CGT, sintonía total con las cámaras empresariales y una caja formidable– encontró límites a sus decisiones. -Se vuelven a valorar el diálogo y la búsqueda de consenso a la hora de establecer políticas públicas.

No son pocos los funcionarios kirchneristas que reconocen que su ausencia desató la confrontación. -Por primera vez se discute en casi todos los hogares del país sobre medidas económicas concretas (las retenciones móviles) y hasta se habla de qué hacer con la renta extraordinaria de la exportación agrícola. -Volvieron los actos masivos sin intervención de los aparatos partidarios o sindicales.

Y aunque en ellos se junte, gracias a la impericia del Gobierno, el agua y el aceite, no deja de ser reconfortante ver a la gente común movilizada. -Quedó en blanco sobre negro, o en verde sobre marrón, que una cosa son los pools de siembra –a los que la Presidenta de la Nación acusó de especuladores en su paso por Roma– y otra, muy distinta, los pequeños y medianos productores, sean arrendatarios o no. Resta que el Gobierno revise la política de subsidios que hasta ahora dedicó cifras millonarias a los grupos más concentrados del sector. -Gobernadores e intendentes tuvieron que dar cuenta a sus votantes de cada una de sus decisiones desde que comenzó la puja por la renta. Cuando esos reclamos se ejercen sin violencia se amplían los alcances de la democracia.-Quedó expuesto el nivel de subordinación de los legisladores provinciales a los mandatos de sus partidos y la nula referencia con sus votantes. -Se abrió la discusión por la coparticipación de las retenciones que embolsa el gobierno nacional en forma exclusiva. Por citar dos ejemplos: Santa Fe aporta siete mil millones y Córdoba ocho mil por la exportación de cereales y reciben migajas. -El gobierno nacional descubrió al movimiento campesino. Los ciudadanos más pobres que trabajan la tierra en la Argentina lograron las reuniones que durante tantos años les había negado.-Hasta los dirigentes de la Sociedad Rural hablaron de la necesidad de distribuir equitativamente el ingreso en el país donde, según la UCA, un millón de niños y adolescentes pasaron hambre en 2007. -Los intelectuales argentinos volvieron a debatir en forma pública sobre decisiones políticas. También lo hicieron algunos periodistas que lograron zafar del corsé impuesto por los intereses económicos y políticos de los medios para los que trabajan. -Ningún economista serio se subió a los rumores de una supuesta corrida bancaria. No lo hizo ni Roberto Lavagna, ni los especialistas de los partidos de la oposición. Ni siquiera Elisa Carrió, la voz más crítica al Gobierno, se aprovechó de la coyuntura. Todo lo contrario, ante la consulta de los medios de comunicación cada uno desmintió la posibilidad de desbarranque de la economía. -Por el conflicto, los funcionarios nacionales se acordaron de las reiteradas advertencias de Greenpeace sobre los peligros del monocultivo y el avance de la frontera agrícola a costa de los bosques nativos. Durante años el gobierno nacional y los gobernadores del norte se dedicaron a boicotear la Ley de Bosques (se perdieron dos millones de hectáreas en los últimos diez años). Juan Manuel Urtubey, de Salta, sigue mirando para otro lado. En esa provincia a través de algunas maniobras todavía autorizan desmontes ilegales.-De golpe en el Gobierno se despertó el interés por los cultivos alternativos, la lechería y la ganadería. Después de cinco años en el poder, ahora hablan de diseñar una política integral para el campo. -Se tomó conciencia a nivel oficial de la existencia de la grave crisis alimentaria mundial y se analiza, por fin, el papel de la Argentina. Las proyecciones revelan diez años con subas en los precios de los alimentos por la mayor demanda y el avance de los biocombustibles. -Desde el interior emergen nuevos protagonistas de la política. -El Gobierno reconoció un error. Se puede encontrar un flor en el barro pero para eso hay que mirar el barro con mucha atención.
criticadigital

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